23 de septiembre de 2008

La escencia del rock

Antes de presentar lo que llevo en mi trabajo, quisiera hacer pública una inquietud. Estoy temiendo que en el afán de que el lector se informe y tenga las suficientes herramientas para hacer el análisis, se me esté olvidando abordar el tema filsófico. El texto que presento es principalmente informativo, con la excepción de las últimas partes, donde hay más conjeturas y supuestos. Quisiera que el que lea este trabajo mirara con una visión crítica con especial recelo en este punto (realmente lo necesito). Si no les agrada la presentación en blog, pueden leer la versión en pdf haciendo click aquí (no recomendable si están en los compus del colegio). Sin más preámbulo; mi tesis:
(introducción se redactará al final, considerar la presentación de la pregunta como tal mientras tanto)

1. Acotando el término

Ya se ha reiterado más de una vez la
existencia de un conflicto con respecto a la significación que se le da al
rock, pero aún así no ha quedado completamente claro el por qué esto es
importante. Desde mediados del S. XX se ha utilizado el concepto “rock” para
definir y encasillar el sonido de un sinnúmero de intérpretes. No es menor que
nuestra cultura mundial reduzca a un solo término un colosal segmento de la
música popular y docta, en especial cuando nos damos cuenta de la ambigüedad
que involucra este término. Lo más curioso de todo, es que pareciera que sin
saber muy bien que es el rock, la gran mayoría de las personas tenemos una idea
de lo que este término conlleva, o al menos, hacemos como que la tenemos. De
acuerdo a la versión online de la Enciclopedia Británica[1],
la definición de este término puede llegar a ser muy problemática, pues si
redujéramos el universo de observación
solamente a su uso en Gran Bretaña y Estados Unidos, nos encontraríamos con que
este último tiene una concepción mucho más amplia, menos restringida. Según
dicha fuente, «hay un acuerdo básico de que el rock “es una forma de música con
rítmica marcada”». Una definición bastante escueta en mi opinión, pero
probablemente es una de las que mejor funciona a modo de acuerdo entre
diferentes posturas.

1.1. Rock como clasificación musical

Con la definición ya
citada de la Enciclopedia Británica nos introducimos de lleno en una de las caras el rock: su dimensión como definición pura.[2] Si bien puede que sea la menos poética o trascendental de todas, es la más simple y una de las más usadas y cuestionadas, por lo que es perfecta para iniciar lo que nos convoca.



The Collins COBUILD English, define el rock como “un tipo de música con
melodías simples y rítmica marcada que es tocado y cantado, usualmente fuerte,
por un
pequeño grupo de personas con guitarras eléctricas
y batería”.
[3] Esta definición, si bien
es más completa que la primera que se presentó, más agrega falsedades que
hechos verídicos. Uno de los principales conflictos de definir el rock es
justamente su alta diversidad interna entre subgéneros y artistas que los
representan.



Si hacemos un análisis de
la última definición dada, nos topamos inmediatamente con un inconveniente: “un
tipo de música con melodías simples”. Es cierto que en sus tiempos primigenios
el rock fue representado por artistas
que no usaban más de tres acordes en sus canciones, pero no por ello hay que
desmerecer a los músicos que crean un rock más elaborado. A lo largo de su
historia, han existido muchas bandas que han recurrido a la experimentación,
los sonidos alternativos, las progresiones complejas, al espíritu dadaísta y a
la combinación con las artes escénicas. Este es uno de los grandes problemas
que provocaron un cisma dentro de la música rock, generando una ruptura o
herida que tardó décadas en sanar.



1.1.1. Rock simplista vs. rock complejo


No deja de ser curioso que
existan bandas de rock que únicamente se centren en la precisión de la
ejecución y en el perfeccionamiento de su modo de tocar, mientras que otras se
esmeran en sonar más ruidosas o más rápidas. ¿Cómo fue posible la generación de
estas dos “escuelas del rock”? Esta pregunta nos remonta al Estados Unidos de
la década de los ‘50, la década del rock and roll y del nacimiento de la escuela
más simplista del rock.



El rock and roll tuvo sus
raíces en el mestizaje cultural entre la música de los negros (principalmente
blues y variantes) y la de los blancos (folk, country y derivados), generando
un movimiento que identificó a toda una generación de jóvenes que no se sentían
a gusto con lo que el mundo les ofrecía, que buscaban algo fresco que no
tuviera relación con el mercado de los baladistas radiales. El rock and roll y
el rockabilly, como géneros musicales, están fuertemente arraigados a la simpleza
(canciones de no más de 3 acordes) y a la velocidad de ejecución, con un
acompañamiento de letras que expresan sentimientos escandalosos y libidinosos,
en especial para la sociedad estadounidense extremadamente conservadora y
racista
de los años '50. Podríamos definir el
rock and roll como un estilo musical que une la rapidez del swing, la
estructura del blues y cierta influencia sonora e instrumental del country y el
jazz.



Entre mediados de la
década del
'50 e inicios de la de los '60, algunos de los músicos de rock de la época,
entre esos el famoso Elvis Presley, recurrieron a nuevas fórmulas para
mantenerse vigentes. En el caso de Elvis, a partir de su segundo trabajo —Elvis (1956) — incluyó algunos “lentos”
junto a su estrepitosa música rockabilly. Little Richard, por su lado, se
acercó a las raíces negras en el año 1960, cuando sacó su álbum Pray Along
with Little Richard
, un disco que
estaba más relacionado con la música religiosa “Gospel” que con el rock and
roll. Sumada a esta “renovación” de los músicos de rock ‘n’ roll, diversas
bandas nuevas surgieron paralelamente iniciando lo que se denominó “música
surf”, que si bien era un movimiento paralelo y diferenciado, guardaba cierta
relación con el rock and roll. Esta relación sonora no pasó desapercibida por
los críticos, pues no dudaron en catalogar a muchos de estos grupos con el
término surf rock.



Entre los diferentes exponentes del surf rock podemos destacar a los
artistas “The Beach Boys”, famosos por su tema Surfin' USA del año 1963,
y a Dick Dale, reconocido por su versión de la canción Misirlou de la
banda sonora de Pulp Fiction[4].
El surf rock sirvió como punto de partida para muchos grupos, pues dio pie a un
movimiento que comprendió a una gran cantidad de bandas que decidieron hacer música
con sus propios recursos, formando un movimiento que no sería bautizado hasta
una década después con el nombre de “garage rock”. Entre las bandas importantes
de este movimiento podemos encontrar a “The Trashmen”, un grupo que
interpretaba un surf rock mucho más visceral y crudo que lo acostumbrado, a
“Link Wray and his Ray Men”, pioneros en el uso de la distorsión y los power
chords[5]
, y a The Iguanas —por
tener entre sus miembros al icono del punk rock, Iggy Pop—. Fue con el garage
rock que se dio inició al gran cisma del rock, pues de ahí surgió lo que
actualmente es referido como proto-punk (una versión prototípica del punk rock
de los años 70) y el afamado rock psicodélico: se daba inicio a la década de
los 60.



En esta nueva década el rock se ramificó, difundió y mutó, generando
diversas escenas, incluyendo la naciente escena del rock británico. Esta nueva
escena surgió principalmente como una contra-respuesta al pop producido por los
estadounidenses para el público británico, repitiendo la situación que los
norteamericanos ya habían experimentado. Aún así, el proceso británico fue un
poco diferente, pues no recurrió ni al rock and roll ni al country, sino que
tomó sus raíces del folclor nacional y norteamericano, sumado a una gran dosis
de blues y rhythm and blues. De acuerdo al documental 7 Ages of Rock, “para la
mayor parte de la población blanca de los Estados Unidos el blues era una fruta
prohibida, pero en Gran Bretaña la situación era distinta”[6].
Esto desembocó en un movimiento completamente nuevo, con un grupo importante de
británicos que trataban de tocar blues con un estilo propio, un blues para
ingleses hecho por ingleses.



Volviendo a Estados Unidos, podemos mencionar la aparición de nuevos
movimientos, tales como el rock psicodélico (influenciado por las drogas
psicotrópicas) y el blues-rock (un rock and roll con un sonido más basado en el
blues que en la música blanca). Sería la primera de estas la que daría el pie
de partida a la complejización del rock,
pues los efectos de diversos estimulantes, depresores y, especialmente,
alucinógenos, provocarían un estado alterado de conciencia en los compositores
e intérpretes, llevándolos a espacios poco explorados por la música popular.
Esta nueva forma de percibir sería la que empujaría a los artistas a hacer
canciones más largas y poco convencionales, rompiendo todas las barreras
mencionadas anteriormente. Esta última sentencia queda evidenciada con
canciones como
I'm Going Home, del
segundo Disco de Ten Years After —Undead
(1968)
—, que sumerge al rock británico en un rockabilly más distorsionado
y veloz, sumado al virtuosismo y experimentación propias de la psicodelia (una
suerte de proto-hard rock); otro ejemplo sería la canción de 1967 de The Velvet
Underground, I’m Waiting forthe Man,
que nos presenta un rock experimental de estructura simple y monótona,
altamente influenciado por el garage rock, pero con un mensaje muy claro sobre
el abuso de las drogas en la sociedad (una canción proto-punk). Otra vertiente
sería delimitada por esos años con álbumes como Sgt. Pepper's Lonely Hearts
Club Band (1967),
que sería uno de
los primeros discos que claramente orientaría su sonido a una complejización
estructural más que una experimentación en la timbrística, dando origen al rock
progresivo.



Tras todo este resumen histórico podemos entender cómo nacieron las que
denominé “las dos escuelas del rock”. De este modo se ha logrado esclarecer en
cierta medida como una vertiente se ha caracterizado a lo largo de la historia
por la ostentación de las habilidades musicales y otra, por la búsqueda del
minimalismo y el mensaje directo. Dentro de la escuela más antigua —la del rock
simplista—, nos encontramos diversos géneros como el rockabilly, algunos tipos
de blues-rock y folk rock, el surf rock, el punk rock que surgió por las ansias de recuperar esta
escuela que estaba en decadencia—, gran parte del harcore punk, el garage rock
y derivados de estos. En la segunda escuela —la del rock complejo— podemos
localizar ciertos géneros característicos: rock progresivo, jazz rock, gran
parte del hard rock y el heavy metal, rock experimental (o rock de vanguardia).
Finalmente, podemos hacer mención de una tercera escuela, una escuela híbrida
surgente de las dos ya mencionadas. Esta “escuela híbrida” se ve marcada por la
pretensión que han tenido y tienen ciertas bandas de complejizar o simplificar
cierto género, ya sea por la búsqueda de una nueva sonoridad o por una
retroalimentación cultural histórica. Entre estos “híbridos” podemos destacar a
las distintas mezclas entre hard rock/heavy metal y punk rock (glam punk,
thrash metal, metalcore, mathcore, crust punk, etc), la mayoría del post-punk,
el rock alternativo y cierto tipo de jazz fusión.



***



Retomemos la definición
que estábamos analizando en un comienzo: el rock es “un tipo de música con
melodías simples y rítmica marcada que es tocado y cantado, usualmente fuerte,
por un pequeño grupo de personas con guitarras eléctricas y batería“.



Al proseguir examinando el
enunciado, nos tropezaremos con otro escollo más. Según la definición, las
bandas de rock están compuestas por un pequeño número de personas que solo
tocan guitarras eléctricas y percusiones. Otra falsedad, puesto que se
omite el uso de una gran variedad de instrumentos,
entre estos a los teclados eléctricos y los pianos, instrumentos que a pesar de
que no son de uso muy común en la actualidad, fueron pilar fundamental para la
creación de géneros masivos, como lo son el rock ‘n’ roll y el new wave; todo
esto sin mencionar la existencia de artistas que usan solamente instrumentos
acústicos en sus presentaciones de rock. También se hace énfasis en el número
de personas, lo cual es completamente arbitrario, recordando a solistas como
Steve Vai y macro-grupos como Electric Light Orchestra.



En síntesis, se puede
demostrar fácilmente que la definición no nos ayuda a la hora de encontrar la
esencia del rock, pues solo nos hace mirar hacia algunas de las bandas
existentes y no a una globalidad real. Aún así nos permite dar el punto de
partida para iniciar el análisis, pues la observación realizada hace aparecer
un nuevo punto controversial:



1.1.2. ¿El rock debe ser tocado con instrumentos eléctricos?


Evadir esta pregunta sería huir a un desafío claro para encontrar la presupuestada esencia del rock. Para
el lector que no pueda ver aún el porqué este cuestionamiento es tan
importante, procederé a graficar la problemática con la siguiente situación
hipotética: “Una banda emergente de China se hace famosa a nivel mundial. Tal
banda —llamémosla
Bod
— se caracteriza por su música folclórica tibetana y por la
musicalización de mantras budistas, pero acompañando con guitarras eléctricas
distorsionadas.” La pregunta es: ¿Cómo catalogarían los críticos a Bod? Sin
duda, usarían términos como “folk rock”, “nueva ola del rock tibetano” o
simplemente como “rock asiático” o “rock chino”. ¿Acaso catalogarían como rock
a Bod si tocaran con instrumentos acústicos? Probablemente ni los críticos ni
los fanáticos recurrirían a ese término,
pues su sonido no les recordaría para nada a lo que generalmente se le denomina
rock. Veamos ahora una situación real: ¿cómo es considerado el álbum
MTV
Unplugged in New York (1994)
de
Nirvana? Curiosamente, ha sido reconocido como un álbum icónico en la historia del
rock y, particularmente, del grunge, siendo esta una opinión generalizada por parte
de la crítica especializada.



Lo que acabamos de descubrir nos deja pendiendo de un hilo, pues
pareciera que en ciertas circunstancias, el que el músico toque con
instrumentos cordados
eléctricos
lo convierte automáticamente en un músico de rock, pero en otras es
completamente irrelevante. ¿Qué es lo que tiene nirvana que no tenga nuestra
ficticia banda Bod —aparte de existir, obviamente—? De cierta forma, pareciera
que hay bandas y artistas que carecen de un “algo” que otros poseen; un “algo”
que los hace “esencialmente” más rockeros, pero ¿qué es? Para no caer en
errores en el análisis, desecharemos a nuestros estimados Bod y tomaremos un
ejemplo más real.



Existe una canción
folclórica estadounidense llamada The
House of the Rising Sun
que ha sido interpretada
por diversos artistas a lo largo del tiempo; tomaremos dos de estos artistas:
Bob Dylan y The Animals. La versión de Dylan es una reproducción del clásico
norteamericano que fue grabada para su disco homónimo de 1962, siendo
interpretada con la característica voz relativamente gangosa de los cantantes
campesinos de la zona. Además, su versión cuenta con guitarras y percusión de
fondo. Por la otra parte, la versión de The Animals está fuertemente basada en
la versión de Dylan
[7]. Las diferencias radican
en que la versión de The Animals está más estilizada —probablemente para que
fuera amigable y radial—, en el acento (Dylan utiliza un acento campirano
estadounidense mientras que Eric Burdon, vocalista de The Animals, hace uso de
su acento inglés más urbano) y en el uso de guitarras eléctricas por parte de
la formación inglesa (aún así, estas están tocadas de tal manera que no alteran
significativamente el sonido). El problema lo encontramos cuando la prensa
decide catalogar la versión de The Animals como una canción de rock, mientras
que la de Dylan se conserva como una canción de Folk. El que pueda hacer el
contraste entre ambas versiones se dará cuenta que no son radicalmente
diferentes, entonces ¿por qué a Dylan no se le consideró como un artista de
rock hasta el año 1965, cuando sacó trabajos basados en el rock británico y en
el garage rock, mientras que a The Animals se les consideró desde el comienzo
(1964)? Una posible respuesta es que los críticos hayan tomado en cuenta el
contexto y resto de trayectoria de ambos, pudiendo pensar algo similar a: “esta
bien, estos chicos de The Animals están tocando folk en esta canción, pero no
podemos desmentir el hecho de que usan guitarras eléctricas. Además, tienen
todo un repertorio de rythm and blues y rock and roll en su álbum”. A lo que
apunto con esta conjetura, es que pareciera que existe una tendencia a omitir
que algunas bandas no toquen con instrumentos eléctricos a la hora de
catalogarlas como rock, todo esto dependiendo estrictamente del contexto de las
mismas y no de otra cosa. Nos quedaremos con esto por ahora.



Otra situación conflictiva
que nos puede llevar a discusión es la de la formación holandesa liderada por
Eric Visser, Flairck. Esta banda ha sido catalogada bajo distintos géneros y
denominaciones, tales como folk progresivo
[8], jazz[9] y rock progresivo[10]. Este caso es distinto al
expuesto anteriormente con Bob Dylan y The Animals, porque, de cierto modo,
Flairck ha estado involucrado con la escena del rock progresivo pero nunca ha
tocado con instrumentos eléctricos. No tiene ningún contexto que lo avale como
una formación de rock, pero aún así se le relaciona con el movimiento. En este
caso hay algo más fuerte que el mero contexto o trayectoria del grupo. Una
situación similar ocurre con el afamado artista de música electrónica Jean
Michelle Jarre, que a pesar de ser considerado por muchos uno de los pioneros
en la música electrónica, suele incluírsele también como un intérprete de rock
progresivo, especialmente a la hora de evaluar sus trabajos
Oxygène
(1976)
y Equinoxe
(1978)
. A pesar
de que suene ilógico que estas dos situaciones existan, es innegable el hecho
que en ambos casos el auditor que sea conocedor del tema, los tenderá a asociar
a formaciones de rock como Emerson, Lake & Palmer, Hawkwind, Pink Floyd o
Jethro Tull. Podríamos decir que estos grupos que se salen de la norma de lo
que un grupo de rock debe ser, pueden ser considerados como tales con la
condición de que la estructura de sus composiciones, su actitud frente a su obra, su postura
escénica, su tímbristica u otros elementos, recuerden a algún movimiento de
rock ya establecido —aún así, esta relación es más indirecta, por lo que
reciben la denominación casi de modo honorífico—.



***

Ya hemos profundizado
bastante en lo que respecta a la dimensión del rock como un género musical
estricto, e inclusive, hemos vislumbrado cierta flexibilidad dentro de la
definición. Acá va un apunte de las principales ideas que han servido de eje en
este capítulo:



· El virtuosismo o la tosquedad en la
composición no son determinantes a la hora de decidir si un artista es “rockero”
o no, sino que ambas categorías han sido un sello que han adoptado distintos
movimientos dentro del género —de ahí se desprenden las escuelas del rock simplista y del rock
complejo—.



· El número de personas ejecutando las canciones son
otro punto irrelevante, pudiendo fluctuar desde la unidad hasta cuántos
pudieren ser necesarios para llevar a cabo la presentación.



· Está socialmente aceptado que el uso de guitarras
eléctricas es característico de las bandas de rock, siendo su utilización
vinculada inmediatamente al género estudiado. Aún así, existen excepciones en
las que los intérpretes pueden ser considerados dentro del género sin su uso.
Estas excepciones son: (A) Que el trabajo sin guitarras eléctricas solo sea una
etapa o proyecto, sin ser algo estacionario —o que en su defecto, se haya
tenido un amplio repertorio con tales instrumentos en el pasado—; o (B) que la
banda presente una estilística similar a algún movimiento reconocido del
género. Aún así, la excepción B suele ser de menor fuerza a la hora de definir
el estilo de una formación, pues solamente se le tiende a
relacionar
con el rock y no a hacerlo parte de él.



Diego Salazar Barrera, IIIº 1/2 B

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