24 de marzo de 2008

Una común pareja

Entrando a la casa se encuentra Gabriela, muchachada 25 años, rubia, no muy alta, con Ignacio joven de pelo castaño que trabaja en una importante firma de arquitectos del país.
Ignacio aburrido del comportamiento de Gabriela, su esposa, ya que ésta siempre sale a deshoras, vuelve tarde y con los niveles de alcohol muy altos.
En el momento en que se encontraron en el departamento Ignacio explota y le dice “ya me tienes harto de tus actos, uno más y te vas de este departamento, porque el dueño soy yo” (falacia ad baculum), Gabriela por su defensiva le responde con un tono muy desafiante “claro, pero si tú hicieras lo que todos los hombres casados hacen con sus parejas, yo no haría esto, porque si tú no lo haces yo lo hago” (silogismo disyuntivo falaz). Ignacio con una ira enorme que le recorría la sangre le dice “tú sabes que tengo ese problema ahí (indica sus genitales), desde joven; por lo que yo no puedo tener relaciones sexuales con tigo muy seguido” (falacia Post hoc), y con un gran enojo los dos se retiran del departamento a distintas partes de Santiago.

Al día siguiente Ignacio va donde sus padres, ambos estaban viendo el noticiero. Al llegar ellos le advierten “ten cuidado, porque según los informes de las noticias dicen que ha incrementado el porcentaje de asaltos en las calles de Santiago”, pero Ignacio les dice “no se preocupen, uds. saben que las noticies informan lo que quieren vender” (falacia ad hominem).
La madre de Ignacio se da cuanta de que él no anda muy bien y le pregunta que qué le pasa, y él, para no decirle de sus dificultades con Gabriela, le inventa un problema con el trabajo: “nada, es que la oficina, la quiere comprar una compañía asiática, con esto, te das cuenta de que si nos compran a nosotros quizás qué cosas van a hacer después con nuestros proyectos ya realizados” (falacia ad populum). - “tienes toda la razón, dice la madre, - tú no sabes como han comprado empresas los asiáticos en nuestro país, sin embargo, lo mejor, es que las autoridades dicen que en estos casos es no vender las empresas, porque eso es lo mejor para el país” (falacia ad verecundiam)

A los dos días, Gabriela e Ignacio, casualmente se encuentran, en una plaza cerca del cerro santa Lucia, ninguno quería ver al otro, por miedo de herir sus sentimientos con sus palabras, no se odiaban, sino que ninguno quería sufrir.
Al verlo, Gabriela se hace la indiferente e Ignacio se acerca y le dice “te conozco, sé cuando estás mal, sé cuando mientes y cuando ves a alguien y te haces la tonta. Pero te voy a decir lo último, no quiero que estés con ese tipo, porque él es un imbécil que no sabe nada. (Falacia Ad hominem).
Ella respondiendo muy alterada y a la defensiva le dice “qué sabes tú, si no tienes pruebas de que te he sido infiel, y al no tener nada concreto no puedes hacer tal acusación contra mí, porque yo sí soy fiel a ti” (falacia ad ignorantiam).
Ignacio intenta defenderse diciéndole “sabes que no te creo, tú mejor que nadie sabes que no andamos bien y ¿qué haremos el día de mañana cuando seamos viejos y estemos solos, nos moriremos así?” (Falacia ad populum), no lo sé respondió Gabriela muy mal, solo sé que me importa el presente y el ahora.

Por un momento se le ocurrió que tal vez para mejorar la relación deberían irse de viaje a Buenos Aires por un par de semanas, no obstante, comienza a decirse a sí mismo que Argentina se encuentra en crisis económica, por consiguiente para él lo mejor es desistir de semejante idea y lo mejor es quedarse acá en Chile. (Falacia ad verecundiam).

Al pasar ya un mes de la separación de esta pareja, Gabriela quiere reflexionar para poder rehacer su vida, recuperar cada momento perdido con Ignacio, por lo cual decide hacer un viaje sola, a un destino cualquiera, siempre y cuando estuviese muy lejos de Chile.
Al regresar a su trabajo pide permiso para realizar el viaje que planeó para despejarse de su ex pareja, su jefe se lo niega diciéndole “Gabriela, has entrado a trabajar este año, y las reglas de la empresa son que nadie sale de vacaciones después del año, y si no te gustan las normas busca otro trabajo.” (Falacia ad baculum)

A la semana siguiente Gabriela se pone a pololear otra vez, ahora con un tipo de Punta Arenas, al que conoció en una fiesta de cumpleaños de una amiga.
La relación es superficial por parte de Gabriela, ella sabe que no lo quiere, pero no quiere estar sola por eso no lo ha dejado aún.
A los tres meses de la relación, Roberto, el nuevo novio de Gabriela, se da cuenta de que ella no lo quiere y como él la ama y quiere su felicidad la afronta diciendo “esto no es una relación de pareja normal, date cuenta, que lo que debería ser o lo normal es que los dos nos amemos y tengamos una química, entre nosotros no sucede eso. Escucha lo que nos dicen y lo que dicen de nosotros, no debemos estar juntos!” (Falacia ad verecundiam), por lo cual Gabriela le hace caso, no terminó muy bien.

Ha transcurrido un año en que Ignacio y Gabriela no se ven, ninguno quiere saber del otro para no sufrir más.
El 7 de agosto el día más lluvioso de todo el año Gabriela iba camino del trabajo a su casa al rededor de las 10:00pm, hora en que ya está muy oscuro y hace demasiado frío para la fecha, Gabriela caminaba exactamente en la intersección de Ismael Valdés Vergara con José miguel de la Barra, al terminar de cruzar la calle se encuentra con Ignacio, ambos se quedaron inmóviles mirándose mutuamente a los ojos, sin habla.
Gabriela rompe el silencio y le dice “perdón por todo lo que hice, nunca quise separarme, ni dejar de verte, no se por qué lo hice así” (Falacia ad populum).
Ignacio, con un tono muy sereno (disimulando su alegría y emoción) contesta “no importa, ambos nos hemos equivocado, nadie es perfecto… perdóname, porque yo te amo”.
Ambos comenzaron a besarse como nunca y en ese momento se cortan las luces en las calles y la ciudad, todo quedó a oscuras, solo se veía la silueta del museo de bellas artes y se seguía escuchando el ruido de la lluvia caer y los autos pasar por las calles.







-Marcos Salinas
-III medio C

20 de marzo de 2008

CUIDADO CON EL NUEVO GERENTE

Cuidado con el nuevo gerente. (Javier Oppliger Rivera)


Los he reunido hoy para solicitar su valiosa ayuda.
Carlos Valdovinos, el nuevo gerente de nuestra empresa, me ha designado personalmente, para concretar la meta de este semestre, como ejecutivo al mando del equipo de proyectos.
- ¿A ti te escogió?- opinó con tono sarcástico, Gustavo.
- ¿Por qué lo preguntas? ¿qué es lo que no crees?.
Gustavo, él es el gerente, ¿ eres tú más idóneo que Don Carlos para seleccionar al ejecutivo al cargo? (Ad verecundiam)
- Uy, qué sensible. Cálmate, Juan José.

De pronto y sin aviso entra a la sala de reuniones, el gerente.

- Muy Buenas tardes. Lamento interrumpirlos, pero pasaba por aquí y sin quererlo escuché la conversación y necesito decirle a usted, Gustavo Gorigoytía, que mi intención no es imponerle nada, pero si no le gustan mis decisiones, es muy posible que sus aspiraciones en esta empresa encuentren dificultades y obstáculos para ser concretadas. (Ad baculum)
- Escúcheme bien, Don Carlos, no voy a soportar sus amenazas. Aunque al fin y al cabo, qué se puedo esperar de un maldito cerdo fascista, ¿oh no?(ad hominen)

- Pues muy bien, guarda en tu memoria este momento y escúchame bien atento:¡Estás despedido!

- No tiene razones legales para despedirme.

- Tú robaste el nuevo proyecto publicitario del programa televisivo del canal 21.

- Eso no es verdad.

- ¿Puedes probar que no fuiste tú quien lo robó? (ad ignoratiam)
Bien, tal como lo imaginaba, tu silencio corrobora mi decisión.
Toda persona cínica, se delata por sus dichos y tú con tus preguntas malintencionadas, demostraste lo falso que eres. (post hoc)
Pasa por Recursos humanos para recibir tu finiquito y que te quede claro: No necesito gente de doble cara sino un equipo de confianza.

El resto del equipo asintió la decisión del nuevo gerente y éste muy conforme se dijo:

- Debo estar haciendo mi trabajo muy bien, mi decisión debe haber sido la correcta, porque todo el equipo lo aprobó. (Ad populum)

14 de marzo de 2008

Victor Jara: El derecho de Pensar


Por Vicente Aravena Salazar

3ro Medio C

Amanda diariamente los veía correr y correr por los amplios parajes de su campito, en la localidad de Lonquén, más precisamente en la Quiriquina. María y Georgina se perseguían una a otra siguiendo con la temática del tradicional juego de “la Pinta”. Por otro lado, Eduardo (Lalo), Víctor y Roberto, el menor; improvisaban una cancha de fútbol, con los palos de escobas como arcos y un enorme toldo color verde-azulado, utilizado por Manuel, el padre el padre de los cinco, para tapar las plantas que con tanto esfuerzo cuidaba en su trabajo de inquilino. Esto sacaba de quicio a Amanda, pero a la vez sentía una felicidad pasiva al ver las caras de alegría de sus hijos, ó “motivos de vivir” como los llamaba ella.

Victor, siempre tuvo un gran interés por la guitarra, instrumento que amenizaba todas las tardes después del almuerzo en la pequeña terraza de madera, la cuál era la fuente de alimentación de un grupo de termitas felices por este manjar en demasía. La pureza con que los dedos de su madre presionaban las cuerdas para formar un acorde y este a la vez ser parte de un círculo armónico propio de las tonadas Tradicionales chilenas, dejaba a Victor atónito y ansioso por querer introducirse en el mágico mundo de aquel instrumento. Fue así que luego de insistir cuatro desayunos, tres almuerzos y cuatro onces y media, su madre decidió enseñarle porque o sino moriría de los nervios en un futuro muy cercano.
Su hermana María, que veía la guitarra como un verdadero rallador de papas, le dijo a Victor en un tono jocoso “Por tanto tocar esa cosita tus dedos terminaran donde comienzan las uñas” (Falacia Post Hoc). Él, indiferente a todo comentario burlesco, siguió sacándole música al instrumento.

Luego de una larga vida en el pueblo de san Ignacio en la Quiriquina, la familia Jara-Martínez se traslada a Santiago, lugar lleno de oportunidades, de surgimiento, de globalización, de casitas muy bonitas en su parte Oriente, lleno de igualdad. Como resultado de esa igualdad se fueron a vivir a la población Los Nogales cerca de la Estación Central. Amanda pasó a ser el sostén económico de la familia; para mantener a sus hijos instaló y comenzó a atender un puesto de comidas en la Vega Poniente, un mercado de abastecimiento de Santiago.
Ya cuando Victor cumplió los veintiún años, su familia se dispersó completamente a producto de un quiebre económico-social. Ahogado en la soledad, Victor comenzó la búsqueda de su identidad. Decidió ingresar al Seminario de la Orden de los Redentoristas de San Bernardo, pero luego de un tiempo se dio cuenta que ese no era su camino. Se esmeró por estudiar algo a nivel profesional y se matriculó en actuación y dirección teatral en la Universidad de Chile. Esto le abrió gran cantidad de puertas en el ámbito de la cultura en donde conoció a mucha gente relacionada con el partido Comunista, donde militaría mas adelante. En aquel tiempo compuso su primera Canción que la llamo “Paloma quiero contarte” y luego “Manifiesto”. La primera en honor a su reciente amor Joan que luego le daría dos hermosas hijas Amanda y Manuela. De Joan estuvo muy enamorado en señal de comprobación a esto le dijo a su madre” No puedo probar el amor que tengo por ella, por lo tanto digo que es infinito” (Falacia ad ignorantiam)

En Chile se respiraba un aire que hacía poner los pelos de punta, un aire que era totalmente invisible para los ciudadanos, hasta lo era para el actual presidente, Salvador Allende. En la tele, se veían los clásicos anuncios comerciales de esas clásicas familias, en un clásico parque donde todo era totalmente perfecto. Cada hoja de cada árbol estaba simétricamente puesta para que no llegara ni un insignificante rayito de luz a la cara de la madre ya que podía estropear los cuarenta y cinco minutos y dieciséis segundos de trabajo del estilista. Todo era “normal” en Santiago, la gente caminaba por las aceras tratando de no pisar sobre las uniones de las placas de cemento de un metro al cuadrado, las quintas de recreo funcionaban como lo eran habitualmente, los jóvenes, adultos y ancianos se trasladaban a sus casas en la locomoción colectiva que funcionaba con unas especies de buses abstractos del mismo color de la orina excesivamente sodificada, que al apretar el acelerador desprendían una nebulosa del color del carbón a la cuál se era totalmente indiferente; la derecha seguía con sus típicos comentarios destructivos sin sentido alguno, opiniones que eran totalmente inconsecuentes puesto que luego de emitirlas mostraban una indiferencia que a Victor lo secaba por dentro al igual que una pasa. Así era la cosa, todo normal hasta que en el año 1973 las calles se vieron inundadas en personajes verdes que daba la impresión de que se querían camuflar de algo pero el gris de la Urbe no se los permitía. Lo que sucedía era que un tal personaje de baja estatura, canoso, de un traje más blanco que la nieve misma y con unas gafas tan oscuras que era como ver el túnel Zapata de noche, se había revelado tiránicamente ante el gobierno de Salvador arrojando bombas incivilizadamente hacia adentro del palacio de La Moneda.

Tranquilamente se encontraba Victor en su casa mojándose la cara con agua que sacaba de un pozo comunitario en la población Los Nogales, ritual que seguía cada mañana antes de ir a estudiar. Antes de poner la bolsita de té dentro de la taza prendió la radio sintonizando el dial de la radio Magallanes. Atónito por la noticia recién recibida no se movió por cinco largos minutos hasta que entró a su casa, Armando amigo de él desde que llegó a la población. Aquel amigo ya formaba parte de las listas de integrantes de la “jota”; al verlo en ese estado de perplejidad le movió el brazo y recién ahí Victor supo que su amigo se encontraba en su casa. Le pregunto la razón de su inmovilidad pasada y él le contestó “¡ Pi..Pinochet lo traicionó !“ dijo con voz entrecortada, Armando antes de que terminara la frase exclamó “ Siempre lo supe, ahora si que deben estar contentos los momios. Un día me dijeron en una discusión pública que los derechistas eran muy racionales y humanitarios para tomar sus decisiones, pero nunca hay que creerle a personas como ellos” (Falacia ad hominem) expresó Armando muy llevado a sus ideas y con gran convicción. Rápidamente se puso un pantalón de tela gris que usaba muy seguido y partió a la Universidad Técnica del Estado, lugar donde laboraba día a día.
Ya en las proximidades de la Universidad con un cigarro que se consumió con gran rapidez debido a la velocidad con que corría ya que los enormes tanques que trituraban el pavimento y que a la vez producían un sonido alarmante que lo hizo dirigirse a su destino fugazmente. A casi doscientos metros de la entrada y con un gran numero de estudiantes y profesores que estaban en su misma condición, un grupo de alrededor de doce carabineros se cruzaron en frente del grupo que corría y el mandamás de montón verde, gritó con una furia rimbombante “¡Por orden de mi general Augusto Pinochet, se detienen en este instante o aquí mismo los fusilo! “(Falacia ad baculum) Al captar la brutalidad con que el carabinero se dirigió reaccionaron y se detuvieron. En seguida llegó un camión de esos que se carga la fruta en la feria, pero pintado verde con blanco, el cual en las ventanas tenía barrotes y los hicieron subirse dentro de aquel por las puertas traseras. Victor, se empezó hacer una idea de lo que sería nuestro país. Dentro del camión no habló con nadie a pesar de que los que estaban eran conocidos, solo pensó en su familia, especialmente en Amanda- su madre-, Joan, y sus hijas. Mientras los recuerdos viajaban en su cabeza como góndolas de Venecia, Su obra prima comenzó escucharse en su mente. Su inconciente reproducía lentamente los exquisitos versos de su canción “Paloma quiero contarte que estoy solo que te quiero. Que la vida se me acaba porque te tengo tan lejos, palomita verte quiero”. Esto lleno de nostalgia su corazón pero todo esto se cortó drásticamente con la apertura de las puertas del camión.
Quiso ubicarse, pero no supo donde estaba. De repente un vago recuerdo televisivo le hizo saber que se encontraba en el Estadio Nacional. A medida de que iban entrando se escuchaba a los minutos un grito mortífero que empezaba desde las entrañas y terminaba en la boca, seguido de una especie de vomito sangriento. Victor ya resignado ante su vida rogaba a Dios para que lo dejaran libre, él era el último de la fila. Cuando habían llegado al ante penúltimo, el que era un hombre de un aspecto intelectual gritó a viva voz “Mi presidente Salvador dice que podemos vivir tranquilamente en este país porque nos hacen esto” (Falacia ad verecundiam) y en un rango de diez minutos ya era parte de la historia.

Cuando llegó el momento de Victor, los soldados y carabineros se reían en su cara diciéndose unos a otros “Este es el comunista que anda cantando cosas contra nuestro general, ahora va a saber si seguir cantando o no”. Lo tomaron y lo arrojaron al paso de la cancha como si fuera un cadáver junto a los demás. Dentro, Victor reconoció varias caras, algunas lloraban, otras seguían frente en alto y otras por desgracia ya no existían. Dentro del estadio los torturaban de distintas formas y los hombres verdes se divertían como si estuvieran en un parque de entretenciones. Luego de unos días de hambre y tensión a Victor le había llegado su turno, un soldado comenzó por golpearle las manos hasta rompérselas. Mientras ocurría esto, nuevamente los versos de uno de sus temas mas relevantes empozó a caminar en su cabeza “Yo no canto por cantar, ni por tener buena voz…del que morirá cantando las verdades verdaderas” Victor levantó la cabeza y se dirigió al carabinero que lo torturaba “Este es el Chile digno que quieres?, el Chile igualitario y democrático, así lo quieres para tus hijos?”(Falacia ad populum) Luego de unos segundos otro soldado terminó por acribillarlo en frente de todos el día 16 de septiembre.

Ahí se extinguió la vida del recordado cantautor chileno que solamente quiso aportar para un Chile mejor, una vida mejor a través de su música. La cual lamentablemente no fue comprendida por un sector de nuestro país, nuestro Chile igualitario. Ahí murió Victor Jara. Pero sin embargo revindicó en nosotros el derecho de pensar.

13 de marzo de 2008

Falacia, Pan de cada día

DIEGO NUÑEZ
3º m C

No! No no, no creo que haya dormido más de 2 horas y ahaha!! Son verdaderos truenos los que este despertador suena. Pero que le vamos hacer, es el comienzo de mi nueva aventura, jaja bueno he dicho mas de 7 veces lo mismo antes de ir a cada colegio nuevo, pero eso lo veremos mas adelante, pero ahora a bañarse y vestirse para ir al colegio.

A se siente un poco incomodo este uniforme, debe ser la costumbre del verano sin nada apretado, me tomo el desayuno y al auto

- Papá! Apúrate, no quiero llegar tarde el primer día-

-Ya voy

- Es que siempre es lo mismo, tu demora ya me tiene aburrido.

- Ya si estoy listo, partamos.

- Por fin!

- Ahora que estas listo para un nuevo proceso, me gustaría decirte que según grandes y destacados sicólogos juveniles dicen que lo mejor es llegar atrasado el primer día cuando vas a un colegio nuevo.( Falacia ad verecundiam)

- No sabes que estas seriamente equivocado, porque yo en por lo menos 5 libros que he leído queda comprobado que lo mejor es llegar un poco mas temprano pera insertarse mejor.

-Pero bueno leíste mal porque yo lo leí y si no es así yo soy tu padre y por lo tanto se mas y punto (Falacia ad baculum)

- Ya OK, sin comentarios mejor.

Cuando se pone así es mejor no pescarlo así que hasta llegar al colegio prefiero no pescarlo.

-Ya hijo llegamos, que te valla muy bien cuídate chao.

-Chao papá.

Bueno ahora a ver como es este colegio, puras caras nuevas pero ninguna creo que tenga lo que estoy buscando, necesito que alguien pueda entablar una conversación conmigo razonando en un nivel un poco superior al de los típicos compañeros que he tenido durante mi estadía en la gran fila de colegios que he estado, pero haber como me va.

Ha! Creo que esta es la sala, ya un poco chica pero con el tiempo todo ser humano se acostumbra.

Este se supone que es el profesor jefe, ha pero es el mismo que me entrevisto para entrar, buena onda el compadre... haber que dice.

-Bueno jóvenes, mi nombre es Jorge y yo soy su profesor jefe y al mismo tiempo su profesor de filosofía así que espérenme a las 3º hora para que veamos de que se trata el ramo.

Por fin algo en que puedo mostrarme y haber si se puede sacar un buen provecho, esperare hasta la hora del ramo entonces con la mejor de las ganas y por mientras integrarme con mis demás compañeros…

… Por fin la clase de filosofía que tanto espera, ahí viene el “Prof.”

-bueno alumnos en esta primera clase y como introducción hablaremos de concepto previos y que deben manejar en el ramo. Por que si saben que es el concepto falacia, saben y pueden fácilmente saber filosofía. Para esto necesito que me digan que es la falacia alguna de ustedes. (Falacia Formal)

Ahora si que me desenvuelvo,

-Prof. acá

- Dígame.

-Bueno la falacia en un ejemplo sencillo es todo lo que nos dijo recién nos dijo

- Que me esta diciendo

-Claro Prof., porque usted me dice que si se lo que es falacia se que es y como hacer filosofía, pero que pasa si supe que es falacia porque soy experto en la lengua española, no por eso puedo saber y hacer perfectamente filosofía.

-Pero eso es interpretativo.

-Pero si le digo que hora es

-Las 11 a.m.

-Eso también es interpretativo.

-No porque eso se hace con un método matemático del espacio y el tiempo, y como todos los matemáticos son muy cuadrados y no especulan. (Falacia ad hominem)

- Pero si el uso horario es usado por un modelo matemático que se basa en la rotación y traslación de la tierra en relación al sol y su eje. Y eso no es exacto

-Pero no se puede comprobar que no es exacto y que un matemático dedujo por el sol eso, así que el modelo se ocupa y sirve con exactitud (Falacia ad ignorantiam)

-Pero volvamos al tema, porque me dice que los filósofos son falaces.

-Yo no dije eso

-Me dijo que si uno sabe el concepto de falacia, es filósofo.

-Pero para explicarlo es porque los mas grandes filósofos eran muy falaces, por lo tanto una persona que sepa de falacia es muy buen filosofo (Falacia Post hoc)

- Se esta contradiciendo y va claramente en contra del concepto, entonces no puede explicarlo bien.

- Haber sabes que mas no es posible un dialogo, así que fuera de la sala y lo hablaremos con el director, porque eres nuevo y mas encimas me vienes a boicotear la clase con argumentos sin sentido, luego lo hablamos.

-Ningún problema

Que rabia que en otro colegio mas los profesores siguen siendo tan poco razonables y con una lógica absurda no se puede conversar de verdad, y es por eso que no duro en los colegios, no por conducta si no por la falta de argumentos en mi contra, por eso sigo buscando un objetivo en la vida, porque claramente la soledad es el único camino y como lo han hecho otros grandes incomprendidos de la sociedad voy a crear y pensar un mundo nuevo para la sociedad.

-Bueno alumnos, tenemos que evitar de que alumnos como él se tomen la clase y nos llene la cabeza de absurdas ideas, que son su forma de ser y se las quiere meter en su cabeza. (Falacia ad populum)

Muerte y Resurrección del Sensei del Amor

Te amo. Eso fue lo que le dijo a Carla, y no es que no la amara de verdad, sólo la amaba igual que a Romina, Andrea, Catalina, Sofía, Constanza, María P., María E., Francisca, Fernanda, Valentina, Rosario, La viuda Velásquez, Javiera, Carolina, Daniela, Carina, Vanesa, Elena, Paulina, Isabel y hasta Óscar (en sus tiempos de heterosexual curioso, no gay) y como todas (contando también a Óscar que era realmente una niña un poco mas velluda y abultada) calló rendida a sus pies. Es por eso que lo llamaban de esa manera: El Sensei, no sólo porque ya era un maestro en las artes del amor, sino porque además de Dios no había otro apodo mejor para él, y como fiel religioso, nunca dejó que insultaran el nombre del divino, pese a que muchas veces pensó que dios no era un apodo que le quedara precisamente grande.

Saliendo del callejón, que todos llamaban “El Dojo” donde tantas conquistas y victorias, tantas medallas y trofeos había ganado El Sensei (que en la vida real se llamaba Zacarías Flores del Campo Santo, nombre que prefería no revelar a nadie) se encontró con un pequeño hombre bastante anciano, que no le llegaba mas allá del pecho y que le dijo: “Según Dios, el amor de verdad está en la fidelidad, no en eso que tienes tu Sensei(Ad Verecundiam) A lo que el Sensei, como fiel religioso y creyente, agarrando el blingbling que le colgaba del cuello bañado en joyas y hecho de oro puro que tenia forma de cruz y un pequeño cristo crucificado con clavos de diamantes respondió: “Te equivocas, mi showa, Dios es amor, pure love, da lo mismo como lo lukees (veas) y yo amo a todas mis pollitas”. Ante lo que el anciano respondió: “Serás castigado Sensei, tenemos que hacer desaparecer a la gente como tu, porque es por ti y tu gente que la sociedad se corrompe (Ad Populum), es por eso que si no cambias, un castigo muy grande caerá sobre ti” Luego, el anciano desapareció (o eso creyó el Sensei que estaba pendiente de las lindas pantuflas de conejito que tenia el viejo y que dejo en la escena para llamar la atención de éste mientras corría a esconderse).

Llegando a su hogar, el Sensei inició su ritual: Prendió las velas, encendió su radio y puso el siempre útil disco de Marco Antonio Solís e inició su entrenamiento: Pesas.

“¡No hay nada mas difícil que vivir sin ti!” cantaba él mientras endurecía sus pectorales. Él era rubio, alto, musculoso, egresado del Verbo Divino de Maitencillo en Checoslovaquia (no es de extrañarse que sólo conozca las palabras carrete, alcohol, pesas y mujeres) y tenía una personalidad envidiable por cualquiera, pero debajo de todo eso había algo, una debilidad: Le gustaban los ponys rosas y las barbies. Desde chico lo habían molestado diciéndole: “Ningún niño al que le gusten las barbies puede ser hombre, por lo tanto, ¡eres una niña!” (ad ignotoriam). Y así fue como se escudo tras esa forma de ser. Zacarías Flores del Campo Santo se escondió y convirtió en el Sensei, hasta este día que pasó algo inesperado.

No pudo dormir pensando en lo que le dijo el viejo, y no era porque realmente le importara, sino porque la imagen por alguna razón mágica y mística no se podía ir de su cabeza y fue así como durmió, sin prever lo que pasó después.

¿Les suena familiar la historia del hombre musculoso que no sabe amar y que se convirtió en mujer para poder entenderlas? Bueno, este no es el caso. Sucedió ese día que Zacarías despertó algo distinto:

El Sensei, antes recio y fornido ahora no era mas que todo lo que tenía dentro ¿Una barbie? No. Un alfeñique, débil y pequeño, un hombre que no tenía mas orgullo que el increíble intelecto que tenía, pero que físicamente, no era mas lindo que el pequeño Adrián (aquél de los dados negros), a diferencia que el no tenía mas que sus huesos, porque carne carecía.

Lo mas increíble fue que el no se percato hasta llegar al Dojo a sus “prácticas” diarias (incluso no se extraño que la ropa le quedara chica). Vale decir que él no era una persona muy perceptiva ni observadora, de hecho, no se percataba de nada que no fueran parachoques ni traseras dignas de El Sensei.

Cuando llegó lo primero fue lo primero: “¿Contraseña?”. “Sin Gorrito no hay fiesta” Dijo él, pero con voz distinta, algo mas avejentada y triste. Le preguntaron quien era y el respondió “El Sensei”. No lo reconocieron. Le negaron la entrada, lo trataron de alfeñique y pequeño: de viejo. Fue ahí cuando Zacarías se percató.

- Déjame entrar, soy El Sensei, tu maestro, el campeón (ad baculum).

Dijo tratando de demostrar que era él, con un poco de seguridad

- No tienes permitido la entrada. Dijeron desde adentro del cuartel general que era sólo una pequeña choza con un letrero que decía: “Aquí goza el Sensei

- ¡Si no me dejas entrar derribaré la puerta! – y la empujó sin lograr nada, solo moretones en todo su brazo. Después de la humillación ante el Dojo decidió retirarse a otro lado y preguntarse que fue lo que pasó. En ese momento fue cuando recordó al viejo y el castigo por su “Mal amor”.

- ¡Pero si yo las amo! ¿O tal vez no? - Pensó. – ¡Sin amor de verdad soy un viejo, o sea, todos los viejos no saben amar! (Post Hoc). Y así fue como Zacarías intentó todo método con tal rejuvenecer para aprender a amar. Entre las pocas cosas que hizo fue: Encerrarse 8 horas en un gimnasio al día, estirarse la cara, aumentarse el trasero con silicona, inyectarse esteroides y lo único que logro, además de ser un viejo mas gordo, porque no se veía para nada musculoso fue una voz de pito que ni el mismo soportaba. Fue así como llegó a una nueva conclusión.

- Tal vez, en vez de muchas mujeres sólo necesito 1.

Y fue así como partió la búsqueda de la única, la sublime, la hermosa, la afrodisiaca, la apolinia, la suprema y la magistral: La mujer que le devolvería el cuerpo al Sensei.

En cuanto la vio supo que era ella. Detrás de ese cuerpo de diosa, esa tes morena y ese pelo rubio recogido, esa forma de vestir tan hermosa y ese estilo y elegancia indudable de la mujer perfecta, si, efectivamente detrás de ella porque estaba delante del quiosco atendido por la mujer que el creía ideal, estaba la elegida. Era pequeña, sumisa, de pelo negro y tes muy blanca, un poquito encorvada y de pelo corto, algunas pequeñas arrugas le cubrían la sien y su voz estridente podía ser escuchada a kilómetros. Pero ¿Porqué ella, si su preferencia siempre habían sido las modelos y las mujeres perfectas? No lo sabía. Quizás era su mente de vejez que lo tenía así. Recordaba los antiguos dichos que decían los ancianos: “Los jóvenes dicen que no vivimos la vida porque sólo amamos a una mujer, pero no les creas, ellos están realmente locos” (ad hominem). Quejabanse ellos que las nuevas sociedades no conocían el amor de verdad y que éste va mas allá del físico y la superficialidad, y por primera vez en su vida Zacarías se sintió enamorado.

Primero pensó que el almuerzo, esa rica chorrillana con cochayuyo le había caído mal al estomago, pues no paraba de revolverse y sentirse enfermo, luego se sintió desfallecer y desmayar y inculpó a las malteadas proteínicas con huevo crudo de la mañana y luego, cuando intentó hablarle a ella, la quiosquera, se sintió morir. Ahí fue cuando comprendió lo que era el amor de verdad.

El resto de la historia no es difícil de predecir, bueno, tal vez sí. Quien pensaría que el anciano nunca volvió a ser joven y moriría segundos después de hablarle por primera vez a la mujer de sus sueños de un infarto al corazón. Sus últimas palabras fueron:

- Disculpe, ¿Cómo te llamas?

- Humberta Anacleta Rozales del Carmen.

- Te amo.

Y murió, pero murió enamorado.
¿No es una romántica historia de amor?

Fin.


Nombre: Francisco J. Maturana S.
Curso: IIIºB

*Ortografía editada.

12 de marzo de 2008

La vida y el camino libre de drogas


Transcurría el año 2007, me encontraba tranquilo y disfrutaba de mi vida sin molestar a otros. Cuando de pronto me encuentro con mis amigos el chino y el kaki y me dicen:-wena weon! Como tamo tanto tiempo! -si demás loco no los veia hace mucho-oye pato el sábado hay carrete en la casa de un amigo –me dijo el chino-¿queri ir? Vamos po hace tiempo no salimos a wear los tres –exclamo el kaki-ya dale hay nos juntamos entonces –les dijePasaban los días, esperaba que llegara el sábado, mientras tanto seguía haciendo mi vida normal … jugar tibia y andar en skate… jaja es la vida que todos querrían tener!.Pasaron los dias hasta que llego el sábado y me encontré con los cabros-wena wn viniste –dijo el kaki-jakajak obvio no te iba a dejar botado Luego de conversar un poco de la vida y de minas nos decidimos a entrar en el carrete, el tiempo pasaba, yo miraba, bailaba a ratos y conversaba con el chino d puras idioteces como tocatas, música y del guatón del roro que ya no hace nada mas que jugar tibia…Pasadas la horas los cabros me dijeron:-oye vamos pa afuera un rato, ta muy fome aca-dale vamosfue en ese momento que comenzó la discusión-oye pato queri un cigarrito? -exclamo el kaki-no vale no fumo-oye traje su roncito piola… por que no tomamos? que adentro parece carrete de kinder no hay ni chelas-no vale yo no hermano no tomoDe pronto el kaki se comienza a alterar y me dice:-vo que wea loco? Los maricones no toman (ad hominem)-nah que ver yo tengo mis ideologías y por eso no fumo-ya vo tai entero fleto, toma una poco weon o te pego –exclamo el kaki( (ad baculum)-oye tu sabis que no me pegai y no voy a hacer lo que tu querai solo porque se te da la gana!-bueno ya –dijo el kaki-oye pato pero como no consumes nada? Es normal todo el mundo lo hace(ad verecundiam)-no, no lo hace todo el mundo yo no lo hago y además tampoco tengo que hacer lo que hacen todos.Seguía pasando el tiempo mis amigos mucho tomaban, luego de unos momentos el clima se calmo volvimos a vacilar y parecía que no hubiese ocurrido nada.-oye pato cuéntanos mas de tu vida -bueno, ósea básicamente no consumo drogas, no como carne y no creo en dios.Luego de haber dicho eso mis amigos quedaron pensando un poco, pero luego se rompió el silencio y el chino me dijo:-¿Por qué no crees?-porque nunca lo e visto, y el no creer no me hace peor persona (ad ignorantiam), ademas no fumo porque así no tendré cáncer como ustedes los fumadores (post hoc).-pero nadie te asegura eso alomejor tu si tienes cáncer y yo no solo dios lo sabe–dijo el kaki-Además teni que comer carne o te vas a desnutrir y te vas a enfermar, y que van a hacer tus viejos si te enfermas. – exclamo el chino (ad populum)-Bueno no importa eso será problema mío.Luego de toda esa conversación decidimos no tocar mas el tema, y seguimos vacilandodespués de terminado el carrete nos fuimos a la casa y como yo era el único sobrio logre ver lo que hacia el alcohol en ellos y me di cuenta de que con excepción de la discusión lo pase bien en la fiesta, y que no era necesario quedar como estaban el chino y el kaki para divertirme.Al día siguiente nos volvimos a ver, y después de un rato ellos me pidieron disculpas por ponerse en contra de mis ideologías y por no entenderme.-No te preocupi, si se que no era con mala intención, si ya paso –les dije-Gracias, y ¿Cómo lo pasaste ayer? -jajak bien pos, por que lo iba a pasar mal. Así concluye la historia todo volvía a ser como antes, seguimos juntándonos los tres con nuestras diferencias pero tolerándonos y vivimos felices para siempre… FIN

Patricio Vargas
3 ½ A colegio San Ignacio
(EL LENGUAJE OCUPADO ES UN POCO INFORMAL, PERO LA HISTORIA ESTA PENSADA PARA SER LO MAS REALISTA POSIBLE)

“La venganza de una amistad olvidada”


Una fría y lluviosa tarde de verano, se encontraron tres amigos de infancia. Ellos crecieron juntos casi todas sus infancias, asistieron juntos al colegio, desde primero básico hasta cuarto medio, los tres eran realmente inseparables. Al salir del colegio quedaron totalmente incomunicados y pareciera que la amistad de años se esfumo.

Mientras Pedro caminaba solo y bajo la lluvia a la orilla del mar, se encontró con Juan y Diego, que hace un momento se habían encontrado en otra playa cercana, paso un momento para que se reconocieran.
Y pedro exclamó: -¿Juan?... ¿Diego? , ¿Son ustedes?...-
-Claro que si-. Contesto Diego.

Pedro impresionado dijo: -pero esto no puede ser verdad, cuanto tiempo ha pasado desde que no nos vemos… ¿cómo han estado?
Diego contestó: bueno aquí andamos, me acabo de encontrar con Juan en la playa chica de más allá.
Pedro dijo: es que esto no puede ser… por qué no nos vamos a mi casa que se encuentra más arriba.

Juan se molestó dijo: -¡es que yo no puedo ir!, porque mis papás siempre me han dicho que no puedo salir sin avisarles! (Falacia ad verecundiam).
Diego dijo: Tú no cambias… siempre con tus mamadas. Siempre, le has tenido que pedir permiso a tu Madre para realizar una acción ¿Qué va a ser de tu vida, cuando ella ya no esté? (Falacia ad populum).

Juan, guardó silencio profundo y no sabía que contestar.
Pedro dijo: -pero esto no puede ser, tratemos de calmarnos… está claro que Juan toda su vida ha sido muy dependiente de su madre. Pero Diego! por favor! tratemos de comprenderlo, porque también nosotros hemos sido responsables de su trauma (Falacia Post hoc...)

Juan, no aguanto más, ya era suficiente toda la humillación que sintió en ese momento, y dijo: -ustedes siempre han hecho lo mismo, siempre me ridiculizan, eso demuestra que ustedes están realmente locos! (Falacia ad hominem), prefiero olvidar este momento, porque ya dejé de considerarlos amigos, prefiero sentirme bien acompañado con mi propia madre que con ustedes, yo pensaba que cuando entraran a la universidad iban a cambiar, pero me doy cuenta que no es así, mejor los dejo. Chao pescao…

…en ese momento Diego le dijo a Pedro: -Nosotros siempre la hemos llevado en todo, ¿por qué no nos olvidamos de Juan? además es demasiado ñoño y nosotros mandamos aquí. (Falacia ad baculum)

Pedro quedó completamente impresionado de lo que Diego le acababa de decir, y le dijo: -Pedro tu siempre recurres a humillar a la gente, siempre te has creído superior y destruyes los buenos momentos, ¡la verdad es que ya no te soporto mas!, y me doy cuenta que eres una muy mala persona, que no consideró ni siquiera todo el tiempo que llevamos como amigos. (Falacia ad hominem)

Pedro, riéndose contesto: -Tú eres el que hace que los buenos momentos se conviertan en malos, Tú eres el que no sabe hablarle a Juan, Tú eres, el que lo invitó a su casa, sabiendo que su mamita no lo dejaría.
(Falacia ad ignorantiam)

En eso Pedro le dice a Diego: - mejor caminemos por la playa y trata de olvidar el odio y el rencor que sientes hacia Juan.
Diego le dice: - si, tienes toda la razón (lo dice de forma irónica), caminemos.

Pedro comienza a silbar junto con la lluvia tormentosa y Diego lo mira con cara de maldad.

De pronto, Diego comenzó a acumular un odio, una ira… que simplemente no podía sacar de su cuerpo. Sentía que su cuerpo se comenzaba a cansar, a debilitar…
Pedro le dice a Diego: -¿te sucede algo?
Diego le responde: -si, necesito que me tomen en brazo.
Pedro le dice: - ¡¿pero qué me estás diciendo?!
Diego le dice: - ¡es que me voy a desmayar y necesito que me ayudes! Siento que algo malo me sucederá… y ahora me está doliendo la cabeza.

En eso Juan aparease con un hacha a espaldas de Diego y decide matarlo…
La impresión que le causo a Pedro todo este hecho, lo dejo verdaderamente loco y decide tomar la misma hacha y matar a Juan.

Y Pedro iba a dicir…


Cuando en eso, llega la Mamá de Juan con un megáfono y grita: ¡¡¡CORTEN!!!...


Indicando que la obra había finalizado…


AUTOR: ATTILIO BACCELLIERI
CURSO: 3º MEDIO C
MISS: VALENTINA CARROZZI

*Un silencio aBsUrDo*

Rodolfo Vivanco de Col



Tres extranjeros negros citados para el día 29 de febrero del presente bisiesto, fue lo que el abogado defensor vio dibujado en su curiosa agenda sin hojas. Cuando acudió a su llamado ya eran ingraficables el número de días de silencio irrevocable.
Se preguntó qué hacían tres personas hablantes en el país donde se vivía una guerra civil y claramente de como discimular el miedo a la extraña novedad.



Así se vivía desde la tarde en que el primer ministro contestó con una burla a la solicitud del general en jefe del ejército, que consistía en que el mismo primer ministro debería participar en la marcha del 29 de Febrero (día de la independencia de la isla). “El presidente dijo que los hombres como él no estaban hechos para dirigir a rebeldes sin remedio” (ad hominem). Esto desató la fatal guerra civil entre el ejército del general feliz y el gobierno reprimido por “el presidente herido, que se justificaba con que era lo mejor para todos” (ad verecundiam). La guerra silenciosa fue de tal magnitud que al poco tiempo ya nadie estaba seguro de poder pronunciar el nombre de las pocas personas que conocían, quizás más por el miedo a la respuesta que a la imposibilidad de la pronuncia.
Así fue cómo el único abogado defensor sobreviviente a la guerra silenciosa fue llamado por una más de las campanillas que cada persona debía tener en su centro de trabajo en caso de una solicitud de un superior, y por qué más sería que un delito de atentado lingüístico de primer grado calificado.

“¡Si nadie habla es porque están todos mudos!” (Afirmación del consecuente) fue lo que intentó decir el extranjero al pasar frente a la silenciosa fuente de soda de la plaza central y con asombro fue escuchado por la muchedumbre que sin un producir sonido alguno huyó al ver la proclamación del recién llegado. “Como nadie nunca supo el origen de la llegada de “los importados” al no poder comunicarse con ellos y nadie sabía de donde venían, se asumió que cayeron del cielo” (ad ignorantiam) pero claro estuvo, que a pesar de la divinidad pensada y jamás comentada por el pueblo, los “tres importados” fueron aprisionados casi imperceptiblemente por los restos de las fuerzas públicas que aún luchaban a favor del gobierno herido.

Nosotros somos pensantes de paz, fue lo que el aterrado abogado no pudo entender, no porqué fuera una lengua ajena que pudo haber conocido, si no porque su oído no comprendía código lingüístico alguno, cada vez que pensaba como empeoraban las cosas en la ciudad, se daba cuenta que sus pensamientos no eran más que los estímulos que generan los pensamientos, porque no sabía si existiera alguna palabra capaz de describirlos. Pero por algo aquel abogado era el último, no porque los abogados tengan que hablar el dejaría de trabajar a su manera, que a su vez era la causa de su desempleo, que por fin le fue útil. El abogado tenía la facultad de dibujar de tal manera que con solo una línea representaría lo que el mismo llamó sin capacidad de decirlo en su esplendor: “logoterográfico justiciero”. Lo que todos saben pero nadie dirá es que su teoría sí es asertiva pero ya nadie sabía como decírselo.



El asumió por las grandes caravanas con la gente negra proveniente del Brasil, que sus negros protegidos no podían ser si no habitantes de su mismo país los cuales debieron haber sido confundidos por esclavos por los esclavistas que debieron dar por hecho que no eran del lugar porque ellos si hablaban, pero jamás consideraron que quedaban pocos e impensados con ese don. “El abogado sabía que sólo las personas menos reconocidas socialmente conservaban en la ciudad el don del habla, y al no entender nada de lo que sus inculpados hablaban por que el ya no hablaba y entendía nada, dio por hecho que los extranjeros que sí eran extranjeros, no lo eran, y habitaban en el “barrio absurdo” de la ciudad” (post hoc) contradiciendo las pruebas y teorías de todo el pueblo las cuales nunca supo por no poder escucharlas.

Así fue como el último abogado de la ciudad (porque no podía haber otro) desapareció un 29 de Febrero mientras el único sonido que se dejaba escuchar en toda la ciudad fue la caída del presidente ante el ejército revelado que alzaba banderas de triunfo ante el silencioso cometido. Para curiosidad de algunos pocos la noticia más importante no fue que acabara la guerra liderada por el feliz general, si no la desaparición de las únicas personas conocidas que podían hablar en la isla que todos esperaban que fueran juzgadas a la ley impresa y manipulada por lectores invisibles.



Este día fue olvidado cuando murió el último testigo, y así fue como un dibujante que nunca habló en su vida expuso la idea de que “nadie que hablara podía vivir en la isla, porque si no; ¿quién prestaría atención y se interesaría en registrar los grandes sucesos y avances globales si la gente que habla genera curiosidad por el arte del hablar y no ayuda a la sistematización? (ad populum), todo el mundo estaría pendiente del dotado hablador, todos dejarían de vivir a base del silencio, lo que incomodaría al proceso. Los políticos que dejaron en claro que todo el que intente hablar será excluido para conservar el orden (ad baculum), y pasado el tiempo, la misma gente “normal” que gozaba del arte de algo tan común como fue comunicarse en antiguos tiempos, fue absorbida por el gran silencio.


Die Abenteuer des santiaguinos in der Welt der Täuschungen


Cristian Ortiz H
3ºB

12/03/08

Había una vez un joven llamado Periquito, alumno de tercero medio en el colegio “San Ignacio”, que vivía en el barrio Yungay y que antes de ir al colegio, inexplicablemente para su familia, se iba a dar una vuelta a la vega central. Para tal acción, se levantaba a las 5:14 de la mañana. Cada día, con su bulla matutina sacaba a toda su familia del sueño. Su iracunda madre, al levantarse con todo el pelo revuelto le gritaba; “¡Tienes que despertar a toda la casa para hacer tus cosas!, si yo me enojo, despierto. ¡Por eso me enoja que me despiertes! (Falacia Post Hoc) Entonces Periquito respondía con voz de charlatán del persa: Madre, ¿tú prefieres soñar que a tu hijo? Parece que te gusta más dormir. Comprendo por qué ya no me amas y me gritas todas las mañanas antes de que salga. (Silogismo Disyuntivo Falaz) ¡Qué clase de familia tengo! ¡Me voy! ¡Ojalá que cuando vuelva aprecies más mi compañía!” Acto seguido, el joven salía con lo que alcanzara a preparar para su día y se iba caminando a la Vega central. Esto se repetía cada mañana.

Caminaba de su casa hasta la calle Mapocho, luego cruzaba a Santa maría, divina calle, divina porque si Mapocho no tiene nombre de santo y Santa María sí, y evidentemente Mapocho es un nombre Mapuche, Santa María es una calle santa y digna de devoción (Negación del antecedente). Debido a esta santidad, Periquito la recorría gateando para no ensuciar con sus pies de pecador la pulcra calle de la virgen.

Era un alivio para sus hilachentos pantalones de colegio, como una desgracia para la costurera de su barrio, el llegar a Recoleta, porque ahí terminaba su procesión individual. Entonces, se paraba y como en Mapocho, continuaba a pie. Su pobre corazón, de tan sólo 2 aurículos y un ventrículo, debido a una falla genética, de la cual era responsable el padre, se regocijaba al aproximarse al tradicional mercado de frutas y verduras, porque el viaje tenía una intención secreta: comprar papayas. Como lo hacía todos los días, para llevar a la colación. Las amaba con locura, pero la familia no las consumía, porque todos, menos él, eran alérgicos a la fruta traída de La Serena.

Cansado de caminar, Periquito hace un último esfuerzo y llega a la estación Mapocho, donde toma el troncal 201 en dirección a Alonso Ovalle con San Ignacio. La micro iba llena, debido a que era la única funcionando a esa hora, las 7:25 de la mañana. Mientras esperaba a pasar por el torniquete, escucha la queja de una señora que iba con tres paquetes a su trabajo: “Si mi general todavía estuviera vivo, se arreglarían todos los problemas del Transantiago (Falacia ad verecundiam) y no tendríamos que desplazarnos como animales.” Ulises, un joven que iba un poco más adelante y que tenía impreso en su chaleco, en su mochila, en su gorro y hasta en sus calzoncillos una imagen del Che Guevara, todos adquiridos en una tienda del Eurocentro, dispuesto a dar la vida por su ídolo y su evidente posición política, replicó: “Cállese señora, el Transantiago no funcionaría mejor, porque si todavía estuviera el tata en el poder, el ministro Cortazar estaría exiliado en París.” (Falacia ad populum) Al decir esto en la micro, un grupo de familiares de detenidos desaparecidos que iban viajando justo en la parte de la oruga, ovacionan, celebran sus palabras y apoyan al joven, por lo que comienza una discusión política de proporciones. Mientras todos se gritaban, el joven le quita el puesto de conducción al micrero, arrebatándole así a un empresario capitalista uno de los buses de su flota, que ahora pasaba a manos de la revolución. Sin embargo, continúa haciendo el recorrido. Otro hombre, que viajaba retorcido en una esquina sucia y mal oliente, entrañaba un deseo espeluznante y tenebroso: ¡arrebatarle el puesto al nuevo conductor!

Era don Cuasimodo, jardinero de profesión, andinista de vocación, doctor en poda de plantas y eliminación de pulgones. Vivía unas cuadras más allá que Periquito y le gustaba el pan con chancho. Se dirigió agresivamente al asiento mayor y le gritó al comunista: “¡He esperado toda mi vida ser chofer de esta micro, eso era lo que mi padre deseaba de mí y lo que mi abuelo deseaba de él. ¡Sale, asqueroso, déjame cumplir mi destino! Mientras decía esto, sentía que su ser se convertía en uno con la incongruencia que ejecutaba y deseaba, pues realmente no era esa su voluntad, pero el afán de poder lo superaba, un poder de mandar, de dirigir, de controlar el destino de todos los demás pasajeros, aunque sólo fuera hasta que tocaran el timbre y él debiera abrirles las puertas. Ulises, exigiendo al máximo sus cuerdas vocales para ser escuchado en cada asiento, en cada bajada, grita: ¡Compañeros! ¿Acaso no es válida mi aspiración de conducir? ¿Por qué no puedo apropiarme de este bus, ir en contra del sistema, recorrer de Americo Vespucio hasta las profundidades de San Bernardo en honor y causa del Che?¿ Por qué los deseos de este hombre son más válidos que las míos, acaso no todos somos iguales? A lo que Cuasimodo, lleno de una intención homicida, pero que dominó bien y no se le notó, le dice suavemente al oído: Tengo pesticidas de todos los olores y sabores en mi mochila y si no sales a la cuenta de tres del asiento, bloquearé tus receptores celulares lenta, pero energéticamente.” Lo dijo en un tono casi romántico, cautivante, que sedujo por un momento a Ulises, pero él, que instantáneamente después de escuchar eso, recordó un capitulo de los Tele Tubis que había visto el día anterior con su hermano pequeño y se acordó de la escena donde salía el niño con cara de sol, entró en pánico. Su terror por ese niño astro era tal, que inconcientemente gritó: “¡Noooo!” abstraído de la realidad y de las amenazas. “Yo tengo la razón acá, yo soy más válido, si no lo reconoces y no sales al tiro, te mato” (Falacia ad baculum) dijo ya decidido Cuasimodo. El joven ya se paraba para entregarle sin más opciones el mando, pero tropieza con una cáscara de banana que había dejado el conductor anterior, al más puro estilo del payaso narigón del circo y aprieta el botón para abrir la puerta. Como la micro iba en marcha y en ese momento el jardinero se apoyaba en la puerta para sostenerse mientras sacaba sus pesticidas, pierde el equilibrio y cae al suelo, rueda un poco y vuelve a caer de nuevo, ahora dentro de la bajada del metro Santa Ana. Sus gritos sólo fueron escuchados por las alumnas del liceo 1 que iban saliendo del metro, pero en la micro, todos se miraron entre sí y no se necesitó palabras para entender que allí no había sucedido nada.

Pasado un rato, Periquito toca el timbre para bajarse en la esquina de la iglesia, pero el nuevo conductor decide no pararle y continúa avanzando. Furioso le grita: “¡Ábreme la puerta!”, pero el chofer adolescente le responde del otro extremo con total seguridad: “No puedo parar aquí, porque no sé si está establecido como una parada de la micro, entonces no te puedo abrir” (Falacia ad ignorantiam) Y comienza de nuevo la trifulca dentro del microbús. Enojada, la señora que idolatraba a Pinochet, rencorosa todavía de la intromisión del joven en su comentario, se sube a un asiento al lado de una puerta y le quita la presión, ésta se abre y Periquito sale a la calle, sin darse cuenta de que al abandonar la micro, su pase escolar se le cae. Es recogido por otro pasajero y en un tiempo más sería vendido en el persa Zapadores en una módica suma. Eran las 7:55, así que Periquito corre para no llegar atrasado. Al llegar saluda a don Omar, a un par de compañeros en la entrada y con todas las buenas intenciones del mundo, camina a saludar al equipo directivo del colegio, que está todos los días en un rincón del pasillo a esa hora, no importa si llueva o truene, recibiendo a los alumnos.

Saluda a Juan Carlos Poblete, a Olivers Flores, a Alejandro Longueira y finalmente a Rosa Mateluna. Mas al voltearse para continuar y subir la escalera, la encargada de regularización se da cuenta de su voluminoso “choco”. Sube y en un rato más entrega su tarea de filosofía que seguramente sería revisada o expuesta junta a otras, en la clase del flexible y es así como comienza para él un día que en muchos aspectos sería parecido con los al menos doscientos días de clases que le quedaban en el año y también como termina esta rutinaria historia, que podríamos considerar verosímil, pero por supuesto, ¡cómo puede ser verosímil una historia escrita por una persona que roza la incontinencia urinaria y que tiene al menos siete tapaduras de metal en sus dientes! ( Falacia ad hominem)

- LA HISTORIA SIN FIN, EL CIRCO -





Aviso: ¡Gran circo “Dueño de tu risa” abre las puertas al público para disfrutar del mejor show del universo estelar!


Día jueves, son las horas previas al primer día de espectáculo; trapecistas, domadores, payasos y bailarines repasan sus rutinas una y otra vez. Se hace una improvisada reunión con el dueño del circo para afinar últimos detalles: - Somos los mejores, mi madre me lo dijo (ad verecundiam) – y que quede claro para todos ustedes son mis trabajadores, yo soy el que pago y por eso trabajan para mí (ad baculum), si ustedes, trapecistas, esta noche no vuelan por los aires se irán de patitas a la calle, yo soy el dueño y puedo decidir (ad basulum) y dijo: - Cada vez somos un circo más prestigioso ya que el público que nos viene a ver es porque somos el mejor de este país (ad verecundiam).


Que se crees nuestro jefe dijo la mujer barbuda - ¿Porque nos contrata cree que nos puede controlar?- , mientras en un rincón se encontraba el payaso solo a un costado de la carpa atemorizado, todo sabían que era su primera función pero no entendían porque se sentía solo, luego de un rato el trapecista le habló - ¿Por qué estas solo te da miedo estar con nosotros? – Él respondió – Es que como actuó el jefe creo que la función no será muy buena – mientras el trapecista respondió – no te preocupes, el siempre exagera antes de una función, aunque esta bien que no rete así cuida el prestigio de su circo – (ad hominem).


Ya eran las siete y un cuarto y el payaso se había tranquilizado, se fumaba un pucho esperando los cuarenta y cinco minutos para empezar, el público ya había comenzado a entrar llenando primeramente las galerías para después llenar las platea, mientras fumaba se acerco la hija del dueño del circo para preguntarle como se encontraba lo había visto nervioso y quería ver si lo podía ayudar en algo. El tiempo pasaba y ellos empezaron a conversar de variados temas hasta que se menciono el pasado del payaso el cual era desconocido para todos, y muy poco probable de averiguar ya que a el no le gustaba hablar de ese tema pero empezó a narrar yo vengo de una familia pobre, en la cual no me pudieron educar y tuve que aprender el arte circense donde vale decir que al no tener estudios podemos decir que nosotros ganamos poca plata (Falacia post hoc).


Empezó a pasar el tiempo y se acerco blue a hablar con Floripondina (hija del dueño) nombre heredado de su bis abuela Teresa de los Ángeles Floripondina Carrera la mas conocida como Vivi, Blue era uno de los payasos más alegres de la carpa con la talla a flor de piel, siempre con sus típicos chiste para alegra a la gente y en especial a su nuevo compañero triste que estaba ahora el payasopayaso. Y blue dijo – había un niño que levanto un píe, levanto el otro y se cayó taratatatatatatatan taran – pero el payaso solo con una triste mueca sonrío – ja – donde todo supieron que el no se encontraba bien.


Ya era las ocho de la noche luces, cámaras encendidas, música y todo listo para comenzar, actores en camarines preparados para su montaje. Aparece el dueño del circo, el señor Barrera presentando este show inolvidable para todo única vez que se presenta en este lugar, el señor Barrera decía – actores que dan la vida por un arte difícil de progresar donde se ganan la comida con el esfuerzo, destreza y perseverancia, sin embargo, me gustaría decir que los extranjero cada vez se apropian mas de la cultura circense y nos quitan nuestro sustento para poder alimentar a nuestros hijos ya que ellos no son tan bueno como nosotros (ad populum).Siguió mencionando los espectaculares show que tenían preparados para el público mencionando frases como – el show sin elefantes no es show – o frases como – los acróbatas los increíbles hombres sin temor a nada – mientras que un espectador gritó – nos mostraran sus piruetas y sus fantásticos trucos en aire – (ad ignorantiam).


Luego de la presentación comenzó la rutina de los hombres fortachones, la mujer barbuda, el mago de las piruetas, los trapecistas, telas, malabarismo terrestre y para finalizar el show más esperado por todos, el show de los payasos blue y el payaso sin nombre con una rutina empezando típicamente con los pasteles en la cara donde blue decía – no te creo nada de lo que me dices porque tu eres estupido y gordo – (ad hominem) mienta el payaso respondió – gordo flaco da igual lo que es tu eres un pobre infeliz donde tiene que hacer reír para poder ganar plata – y los espectadores – jaja cagados de la risa - mientras no se puedo llegar a un acuerdo en común peleando con pasteles tirándose agua típicos numero de un show circense donde quedaron como lo mejor del circo.


Luego terminada la función la gente aplaudió hasta el cansancio ya no se sabia que se podía hacer con los jóvenes fue la mejor rutina alguna vez vista y sin exagerar este fue el mejor circo de la historia.

CARLO
S CARRILLO NAVARRETE
III 1/2 A (SIAO)

“Pablito, “¡el niño falaz!”

Nombre: Gonzalo Bravo Martínez
Ramo: Filosofía

Pablito era un niño inocente, pequeño, de piel morena y pelito negro, era inquieto, humilde e inocente y muy conversador y apegado a su amigo Gonzalo.Vivía cerca del colegio San Ignacio y casi siempre se iba caminando, en la mañana, hacia éste.
Un día se encontró con su amigo Gonzalo, un joven de piel morena y pelo negro, un poco mas alto y muy inteligente, pero también conversador y apegado a su amigo…

Hola-dice pablito, con una cara sonriente, a su amigo- Hola –responde Gonzalo- Que fome el día -Dice pablito- ¿Porqué? –Responde su amigo-
P: porque tenemos filosofía y no sirve para nada esa materia.

G: ¿Y cómo sabes que no sirve?…

P: Fácil, porque nunca se ha comprobado científicamente que la filosofía sirva para algo en la vida. (Falacia ad ignorantiam)

G: ahh… Pero la “tía Vale” dice que la filosofía no es una ciencia y si ella lo dice, así es… (Falacia ad verecundiam)

P: Y como le creí a ella, ¡Si no sabe nada! El otro día estuvimos como dos horas debatiendo sobre lo que era la verdad y la filosofía y no concluímos nada.

G: si pero estuvo entretenido.

P: Sí porque después de esa clase como 10 alumnos se cambiaron de “Flexible”.

En ese instante pablito entró al colegio con su amigo y juntos se dirigieron a la sala de clases, el profesor Alex entró y vió a pablito con zapatillas blancas, una polera, que no era del uniforme, debajo de su poleron y un piercing en la oreja y otro en la nariz ese fue el momento mas difícil en la vida de Pablito, quien no tenía escapatoria ante la cruel mirada detrás de esos anteojos de, ¡Alex!

Prof: Pablito usted no puede usar nada de lo que está trayendo puesto, el reglamento no lo permite. (Falacia ad verecundiam)- Pablito comenta con su amigo- shhh el “tío droga” ya está volado, ¡Quiere que ande desnudo por el colegio! ¿Lo escuchaste? El amigo le responde: No, lo que don Alex quiere decir, es que el reglamento no te deja traer ropa que no sea del uniforme del colegio. Pablito entendió y prometió mañiana venir con el uniforme.

Un rato después los jóvenes salieron a recreo y pablito camina hacia el borde del tercer piso y se sienta en la baranda a lo que un compañero suyo dice: -Pablito la otra vez dijeron en la “tele” que no se sentaran en las barandas porque la gente moría, así que no lo hagas ¡Porque te vas a morir! ( Falacia: "Post hoc, ergo propter hoc". Después de esto, entonces por causa de esto). Y pablito rápida y decididamente se bajó de la baranda y agradeció afectuosamente a su nuevo amigo por salvarle la vida, después le pregunto a Gonzalo si sabía cual era la próxima materia que tocaba en clases y esté le dijo que era filosofía, y pablito se “bajonió” porque era una materia que creía inservible y en ese momento vió minuciosamente a “Matuca” comiéndose un rico sándwich y dijo en voz alta:

P: voy a pedirle comida a él. – a lo que Gonzalo escuchó y le respondió como si hubiese estado hablando con él- Los nutricionistas dicen que no es bueno comer muchas cosas diferentes porque puedes enfermarte del estómago y te puede causar graves problemas intestinales, a lo que pablito respondió: “claro pero los nutricionistas nunca han comido nada que no han debido, para comprobarlo” (Falacia ad hominem. Dirigido contra el hombre).

De pronto sonó el timbre y todos los alumnos entraron en la sala de clases rápidamente, a excepción de otros que se demoraron más, de repente pablito, que estaba escuchando música, nota que un compañero suyo lo mira desde hace rato y éste mismo le dice: pablito sácate los audífonos de las orejas porque no se puede escuchar música en la sala de clases ya que el profesor lo dijo.
Pablito responde:

P: no me digas que me saque los audífonos, porque te voy a pegar si me sigues molestando. (Falacia ad baculum. Se apela al bastón).

Después de eso la profesora Valentina entró a la sala y saludó a los muchachos a los que estos respondieron “buenos días miss” y se sentaron.

De repente se produce una discusión entre pablito y Gonzalo a partir de que, uno quería que le devolviera sus audífonos y el otro no quería devolverlos hasta el final de la clase, entonces casi cuando estaban a punto de ponerse a pelear, la miss se para de su asiento y les dice a ellos dos y a todo el curso:

-Vamos a evitar las peleas en el curso, ¿Qué pasa si todos nos ponemos a pelear y (con un tono de exageración) nos matamos mutuamente, que sucedería en el mundo si toda la gente fuese así? (Falacia ad populum. Dirigido al pueblo provocando emociones)

En ese instante todos los alumnos del curso nos paramos y empezamos a aplaudir a la miss como si fuera una “salvadora del mundo”…

El día había acabado y todos los alumnos salieron de sus salas y empezaron a arreglar sus cosas para irse para sus respectivas casas.

Pablito salió de su sala de clases y llamó a su amigo Gonzalo y se disculparon mutuamente y Gonzalo le dijo a Pablo:

-Mi mamá siempre dice que es bueno pelearse con nuestros amigos, porque así nos podemos perdonar. (Falacia ad verecundiam Se apela a la autoridad)

A lo que Pablito responde:

-Tu mamá tiene mucha razón…-

“Pedro, un chico preguntón”

Pedro es un chico, listo, bastante activo pero por sobre todo extraño, yo diría que muy extraño para el común de la gente extraña, pero en fin ese no es el punto. El punto es que Pedro tiene un problema por el cual le cuesta mantener sus relaciones sociales, más aun, le cuesta mucho mantener una conversación sin que lo terminen odiando, y la causa de esto es simplemente que Pedro es muy preguntón, si, muy preguntón, tanto así, que yo diría que es muy preguntón para el común de la gente preguntona. Tantas preguntas puede hacer Pedro en una conversación, que ni hasta el más inteligente ser humano podría responderlas todas, no por que no quiera hacerlo, si no por que no sabría las respuestas. Yo se que es difícil pensar que alguien pueda tener suficientes preguntas como para aburrir a otro alguien, pero así es Pedro. Figúrense ustedes que un día Pedro se acerco a un curita de su colegio, (a todo esto, pedro va al colegio, cursa 3º medio en el colegio san Ignacio) ya que, como no es raro, tenía ciertas dudas que quería aclarar y a criterio de él, el mas indicado para responderlas era un curita.- Hola padre- le dijo Pedro.
- Que no sea él, que no sea él, que no sea él- pensó el curita, que estaba dándole la espalda.
- ¡Hola pedro!- exclamo efusivo el sacerdote al darse vuelta, y pensaba – ¿Por qué dios? ¿Por qué me mandas a este niño? ¿Que acaso quieres comprobar lo buen sacerdote que soy? pues déjame decirte que no es necesario que lo hagas de esta forma.
- ¿Como está? - le preguntó Pedro afablemente.
- Ya empezamos con las preguntas- pensó el hombre de dios, a la vez que le decía – Pues muy bien hijo mío ¿y tu, como te encuentras?
- Bien padre, solo que con algunas dudas que están asaltando mi cabeza -respondió Pedro, mostrando algo de intranquilidad.
- Para variar un poco- pensó el cura y preguntó – ¿A sí? ¿Y cuales serían esas dudas?
- Lo que pasa padre, es que últimamente e estado dudando mucho si es que realmente existe dios, a raíz de esto me han surgido dos preguntas. ¿Seré pecador por dudar de dios?- pregunto Pedro.
- Pues claro que no Pedro, es muy normal que uno tenga dudas sobre su fe, lo importante es que sepas canalizarlas bien y no te quedes entrampado en ellas- respondió muy convincente el cura.
- Bien entonces siendo así, ¿dios no estaría enojado conmigo por eso cierto?- volvió a preguntar Pedro algo inseguro.
- Para nada pedro- respondió el sacerdote y soltó una risa.
- Ahh, pero entonces padre, dios ¿existe o no existe?- le pregunto Pedro, esperanzado en que él resolvería sus dudas.
- el cura se puso tenso y pensó- si no termino esta conversación ahora, no será jamás- así que pregunto a Pedro –dime pedro ¿puedes demostrarme que dios no existe?
- Pues la verdad es que no -respondió Pedro.
- Entonces, como no puedes comprobar que dios no existe, dios si existe –dijo el sacerdote rápidamente y agrego –bueno es hora de irme amigo mío, adiós- y se marcho muy apurado, sin dejar tiempo siquiera para que Pedro se despidiera. (Falacia ad ignorantiam [Por la ignorancia])

Imagínense, si hasta los curas se aburrían de conversar con él, es que, no era como conversar, era como que Pedro interrogara a la gente, pero en fin la cosa es que a raíz de esa conversación, Pedro saco conclusiones que a muchos no les parecieron.
Al llegar a casa, pedro se encontró con la grata sorpresa de que lo estaba esperando su amigo Rodrigo (que era el único amigo que tenía, ya que era el único que lo aguantaba). – Hola Rodrigo –Saludó Pedro a su amigo.
- Hola –respondió Rodrigo, contento de ver a Pedro.
- Rodrigo ¡ya no tengo miedo de dudar de dios! –contó emocionado Pedro a su amigo.
Su madre que pasaba en ese momento por ahí, lo escuchó, se exaltó y exclamó -¡Pedro! ¿Cómo se te ocurre decir semejante sandez? ¿Que no te das cuenta de que estás pecando? ¡Dios se va a enojar contigo!
- No madre, te equivocas, un cura del colegio me ha dicho que no es pecado dudar de dios y que el no se enojaría conmigo si lo hacia, pues es normal que tengamos dudas acerca de nuestra fe. –dijo pedro muy confiado. (Falacia ad verecundiam [Se apela a la autoridad])
- ¡Pues no me importa quien te lo haya dicho! ¡Yo soy tu madre y te prohíbo que desconfíes de la existencia de dios! –grito su madre ya fuera de sus cabales y se marcho indignada. (Falacia ad baculum [Se apela al bastón])
- Que rabia con mi madre –dijo, enojado, Pedro a Rodrigo.
- No te preocupes Pedro, no hagas caso a eso que te ha dicho tu madre de que te prohíbe que desconfíes de dios, las madres siempre exageran y nunca cumplen lo que dicen –dijo Rodrigo riéndose. (Falacia ad hominem [Dirigido contra el hombre])
- En fin, también aprendí otra cosa –exclamó Pedro.
- ¿Que cosa?
+- pregunto Rodrigo.
- Es que el cura me ha dicho que como no hay forma de que comprobar que dios no existe, dios existe. Esto quiere decir que dios existe por que nosotros no podemos comprobar lo contrario –explicó Pedro. (Falacia Post hoc... [Falsa causa])
- Mm…pues eso no me parece, el hecho de que nosotros no podamos comprobar de que dios no exista, no es la causa de su existencia Pedro –dijo Rodrigo con rostro pensativo.
- De pronto interrumpió la conversación el padre de Pedro, el cual recién había entrado a la casa y los escucho hablando, les puso sus manos el los hombros, los miro de frente y luego dijo –Muchachos, ¿para que se desgastan conversando estas cosas? Díganme ustedes ¿Para qué dudar de dios? ¿Por qué no mejor creer en el y vivir nuestra vida con el? Si ustedes, los jóvenes de hoy, dejan de creer en dios, el mundo del futuro será un mundo egoísta y desconsolador, en el cual se habrá olvidado la hermandad y el entendimiento, es por esto que creemos en dios muchachos y es por eso que el existe, porque sin el nuestra vida no tendría sentido. (Falacia ad populum [Dirigido al pueblo provocando emociones]) Luego hubo un silencio desgarrador, Rodrigo tenía sus ojos llenos de lágrimas de emoción, de pronto Pedro rompió el silencio, como de costumbre con una pregunta –Papá, pero que bellas palabras las que acabas de decir, pero tu… ¿no eras ateo?
- Pues si, así que haya ustedes si creen o no creen en esas cosas –Respondió el padre y se marcho muerto de la risa. A Rodrigo esto también le pareció muy chistoso, y a pesar de haber estado casi llorando se largo a reír, en tanto que decía –bueno Pedro creo que me voy- y se marcho a su casa.
Para pedro el tema ere serio, y se sintió algo decepcionado, tanto así que largo a llorar por no encontrar respuestas a sus preguntas y que mas encima no lo tomaran enserio, pero de pronto todo el salón donde estaba se ilumino y una voz como de trompeta le habló –Pedro –dijo la extraña voz.
- ¿Quien me habla? -Pregunto Pedro asustado.
- Pues quien mas que yo Pedro, soy el único ser capaz de responder a tus dudas y e venido a hacerlo para que no llores mas –Respondió la extraordinaria voz.
- ¿Dios? ¿Eres tu dios? –Pregunto Pedro con impaciencia.
- No, no soy él, pero me parezco, soy tu profesora de filosofía Ernestina Lucchetti –Respondió nuevamente la voz.
De pronto desapareció la extraña luz, Pedro miro hacia la puerta de su casa, y efectivamente, allí estaba parada su profesora de filosofía, la cual dijo –Ven Pedro no temáis, juntos aclararemos tus dudas-
Pedro se acerco y comenzó a hacer sus preguntas – Miss ¿Dios existe? -
-esta ultima le dijo – tranquilo Pedro vamos con calma y por pasos, todo eso te lo diré pero primero acompáñame a tomar un café y a fumar un cigarrillo.
Así lo hizo Pedro, y luego de 5 horas de charla intensa, Pedro era un hombre nuevo, nunca mas volvió a hacer tantas preguntas a los demás, ya que su profesora Ernestina Lucchetti le había enseñado a filosofar. Así también logro hacerse de muchos amigos y ahora era el quien respondía preguntas y hacia que los demás se preguntaran cosas.
Y si vosotros preguntáis si es que Pedro al fin supo si dios existía o no, pues si, así que si quieren saber si es que en realidad dios existe o no, o tienen cualquier otra duda, tienen dos opciones, o ubican a Pedro o a Ernestina Lucchetti ellos sin duda estarán gustosos de responderles.

Fin.

Nombre: Matías Valdés
Curso: 3ºC
Fecha: 12/3/08

Un pito, Tú mandas

Dentro de los 23 personajes en una cancha tú eres el más importante, no porque seas el mejor futbolista sino porque eres la autoridad.

El sólo hecho de pensar que en una jugada polémica tienes la capacidad de decidir te hace sentir mas importante e incluso el protagonista del partido aunque sólo estés ahí para imponer orden.
Si en una jugada logras ver que un jugador comete una mano y sabes que no fue casual pero a quien te reclama alteradamente le respondes con tu cínica voz calmada: - Fue casual o fue sólo un roce, aunque halla detenido el balón intencionalmente sabes que tu tienes la razón, ¿porque? Porqué eres el arbitro.(Ad verecundian)
Peor aún si es jugador te reclama y te dice:- acaso estás ciego!
Pero tú con tu misma voz cínica le respondes:- Deja de alegar o te expulso. (Ad baculum)
Sin atender a la queja que este jugador te presenta, y el jugador debe quedarse callado aunque tenga razón ¿por qué? Porque tú mandas.

Cuando un comentarista de fútbol para satisfacer a la multitud de público que se encuentra siguiendo atentamente a su equipo por la televisión, debe justificar tu error injustificable, diciendo que fue casual la mano cometida, porqué nadie puede comprobar que dicha jugada aya sido sin intención alguna (ad ignorantiam)

Esa es una de las muchas injusticias del fútbol, de las cuales en la mayoría eres responsable, no sabemos si lo haces por llamar la atención o quieres ser famoso, lo que sí estamos seguros todos los seguidores del fútbol ,ya sea por televisión o en directo, es que cada vez que un jugador te insulta te lo tienes bien merecido y desde las galerías y la banca de suplentes te gritan : - que sabe este %$·%$·, no tiene la razón, no sabe nada, por algo sólo es un arbitro (ad hominem) y otros que sin pelos en la lengua te ensordecen en insultos y garabatos en cada uno de tu errores.


En parte la imagen que se crea de ti en los televidentes se debe en parte a cómo te califican los comentaristas de los partidos como por ejemplo cuando dicen:- y sanciona correctamente el árbitro, porque conoce el fútbol popular desde pequeño o sanciona como si fuera uno nuestro. (ad populum). Son con hechos como este en que se condiciona al público, si arbitras bien y no eres “saquero” serás respetado, si eres corto de vista serás odiado (Post hoc), nos es culpa de los jugadores que tu nunca hayas sido bueno para este deporte.

Tu a los jugadores antes de un partido les dices:- jueguen limpio, que yo tengo tarjetas y un pito y no dudare en usarlos (ad baculum), sólo lo dices para advertir, pués quien no sabe para que sirven tus dos herramientas de trabajo, además de decirle:- Me debes respetar porque soy el arbitro (ad verecundiam)




Es divertido verte correr a lo largo y ancho de toda la cancha, corriendo tras los jugadores que transportan el balón, y tu incansablemente corriendo y dirigiendo, como si fuera un policía dirigiendo el transito a pitazos, si no fuera por éste y las tarjetas lo más probable es que nadie te obedecería en lo absoluto.


Muchas veces te ha tocado sancionar la pena máxima y no puedes negar que te pones nervioso al sancionarla, sabes que un error en esa zona puede ser letal, la sancionas, adviertes:- quien entre antes del pitazo a la zona penal será sancionado (ad baculum), y con la inseguridad en ti mismo ordenas disparar.

Olvidaba mencionar ese maldito reloj que utilizas cuando vamos perdiendo y el mismo que se hace eterno cuando esperamos ansiosamente que se cumplan los noventa minutos reglamentarios más los agregados, según el tiempo utilizado por los jugadores, que en ocasiones no parecen ser futbolistas sino que auténticos actores, de lo cuál también estas encargado de regularizar, todo esto gracias gran atención prestada a los minutos del encuentro, es un gran merito que logres mantener bajo control a 22 futbolistas eufóricos por obtener tres puntos por una victoria, tu decides quien debe salir de la cancha expulsado, quien merece ser amonestado, si corresponde sancionar fault, si alguien merece cartulina ya sea amarilla o roja ¿por qué? Porque tú eres la máxima autoridad en la cancha (ad verecundiam) como lo son los guardias de seguridad dentro del estadio pero fuera de la cancha, además con ayuda de los jueces de línea, están encargados de que sean respetados los límites de la cancha y las posiciones ilícitas, por parte de cualquier jugador de ambos equipos

Pese al sinnúmero de quejas que te he expresado es necesario agradecer las escasas ocasiones en que actúas correctamente o cuando con intención o sin intención salimos favorecidos por tu erróneo arbitraje, son pocos los personajes apasionados por éste oficio, esto no quita que crea que todos los jueces de un partido de fútbol fueron jugadores frustrados, principalmente por sus capacidades que la única manera de lograr estar dentro de un estadio de fútbol es como arbitro o cualquier sea la labor que desempeñe durante un partido

Tofo esto que he mencionado anteriormente califican a un arbitro como capacitado o uno no capacitados, conocido como saquero, vendido, etc. quienes generalmente son insultados e incluso en algunos casos agredidos físicamente por aquellos fanáticos hinchas descontentos con tu labor desempeñada durante un enfrentamiento futbolístico, pese a todo se agradece la voluntad y vocación puesta por partes de todos los árbitros de fútbol sin importar la calidad con que logre guiar un encuentro

USUARIO : NESTOR RUBILAR P.
III 1/2 A

Canyengue de los Dados (historia falaz)

(Rodrigo Muñoz)


Y a la mitad de una caminata nocturna (de esas que se emprenden para buscar problemas) di con la cantina de Don Néstor.

Las paredes de latón pintarrajeado de verde guardaban el olor a tango y la humedad corrosiva que venía del riachuelo se colaba por los canceles; con clavos oxidados seguían pegados los carteles de Alfredo Palacios, en señal de victoria. Se estaba bien en esta casucha, que recibía por cariño de sus más asiduos concurrentes el mote de “la Academia”.

Entré a tientas a la Academia, abriéndome paso entre las sombras de kerosén; tomé asiento en una mesa apoyada junto a la ventana. Estaba frente a un mesón grande que tapaba en parte la puerta de la cocina, en donde 4 hombres parecían discutir acaloradamente, y aunque desde la vitrola Villoldo cruzaba de punta a punta el corredor con su vozarrón; lograba agarrarles bastante bien las palabras.

Oí claramente que el más erguido y corpulento le decía al más joven:

- Es que se trata de mesura hombre – a lo que el gabacho (italianaje puro) respondía

- Yo te digo lo que es mesura José, mesura es comer como estamos comiendo. Si hace dos semanas que ni la coronta vemos del choclo. Yo digo que agarremos la seisluces y nos vamos al bardo nomás. Entrar es lo más fácil, hay que darle un buen tute a la chapa y le ponemos entre todos: ¡paf, paf, paf!: el Negro y sus amigos a la quinta del ñato.

En ese momento todos en la Academia misteriosamente callaron (hasta Ángel que terminaba de cantar su versión más popular de “Cuidado con los 50”), durante esos segundos eternos de silencio, mis ojos se encontraron de frente con el par de vidrios de uno de los cuatro, que no era ninguno de los que había hablado. Me miró con sigilo, reconociéndome con curiosidad, como queriendo llamar mi atención; era joven también, aunque su postura era extraña y también su semblante. De pronto en un rápido espasmo profirió una risa ensordecedora que bien podría el lector haber dicho que era de bestia, si la hubiese escuchado.

El único al que no había oído hablar se sacó la mano de la barbilla, como asomándose a la superficie después de una larga inmersión en si mismo; sin vacilar golpeó la mesa – ¡Cállate Ernesto!, pedazo de retardado – gritó con violencia.

- ¿Por qué? – replicó balbuceando entre risas Ernesto

- Porque si no te callas te saco la garganta (1) – dijo haciendo el amague de desenvainar la cuchilla; y como si este episodio le hubiese servido de introducción continuó hablando, ésta vez, dirigiéndose a los otros dos – Yo creo que Paolo apunta a algo muy cierto; desde que el Negro Estévez se instaló de bagayero en el tema de los fuegos que andamos más que cortos de biyuya. Resulta lógico pensar que él es el responsable de nuestra merma (2), ¿no crees tú? – Paolo (el más joven) esbozaba una sonrisa que dejaba a relucir unos incisivos como de perro.

- El otro día escuché en la radio – respondió el interpelado con diplomacia – que Don Alfredo quería dar facilidades para legalizar los negocios de armas. Imagínate Javier, si pudiésemos vender en la legal, ¡se acabarían nuestros problemas!, después de todo, ¿quién quiere embagayarse con disqueros de tercera clase?, con el trámite armado, el Negro Estévez se va a la quiebra y nos deja de joder la murta. El único problema es que hay que conseguirse unos papeles, nada que con betún no salga; Don Alfredo dijo que el trámite era rápido. –

- Ese bolche de Alfredo no sabe nada de nada y vos sos también un angelito José, por creerle a un comunacho (3). No voy a venir a contarte yo como se mueven las cosas en la Boca, aquí va todo de bagaya en bagaya; el que manda aquí es el bacán que mueve la biyuya, hasta hace poco en tema de chiches éramos nosotros los que la movíamos. Se nos instala después este Negro aparecido que sepa Dios de donde saca amigos, nos acapara los pájaros y luego no vendemos ni el olor a plomo. Nos tenemos que boletear de una vez a este pibe, ¿sino que van a manyar el pobre Josecito y tu china? (4) No hay porque dilatar más el trámite querido.

- No te olvides de que el que anda de capo soy yo Javier, y que te llevo más de diez carnavales, si yo digo que el Negro Estévez amanece vivo mañana, como que estamos en Abril que amanece vivo mañana (5). Además, no tengo ningún interés en meternos en entreveros con la Policía, en una de esas terminamos todos en capacha – discutían los dos sin perder el dominio de si mismos, mientras yo le rezaba a todos los santos para que José no cambiara su postura frente al debate – Y además, no podés demostrar que el Negro Estévez es el culpable de que hayamos vendido menos; yo creo que no tiene nada que ver (6).

- Mira José, una cosa es vender menos, y otra muy distinta es tener intactos los 20 chiches que compramos en febrero – saltó a ladrar Paolo – y por último si tu no vas, mejor para nosotros, afanamos lo que pillemos y encima hacemos el astiyado entre tres, ¿qué te parece? – dijo en tono de amenaza. José se miró los zapatos y suspiró como quien acepta después de tanta insistencia, comprarle un dulce a un niño.

- Vamos entonces, pero el astiyado se hace entre cinco.

- ¿Nosotros cuatro y quien más? – preguntó intrigado Javier

- Nosotros cuatro y la mujer del fiambre… que pregunta – dictó José con autoridad.

Pidieron con presteza la dolorosa a Don Néstor, quien indiferente a los crímenes que se urdían en su arrabal todas las noches, les pasó la cuenta. Ernesto reía despacio de tanto en tanto, como ahogándose.

Cuando se fueron los cuatro se escuchaba “el Choclo”, también de Villoldo. Pensé en mi madre que lo tocaba en el piano, mi madre. Mañana se despertaría temprano como siempre y bajaría a buscar el correo a la entrada del conventillo; entonces encontraría un sobre cerrado, al abrirlo un fajo de billetes, la quinta parte de la biyuya que deben de haber encontrado los cuatro en el refugio de mi padre, donde pasaba más tiempo que en nuestra casa.

Me los imagino ahora, Paolo con su furia de tano pegando los primeros tiros, el desorden, la sangre y Andrés Estévez que sale del sórdido barrial buscando por fin el cielo.

GLOSARIO DE TÉRMINOS

Afanar: Robar

Alfredo Palacios: Primer diputado socialista en América Latina, representante del barrio de la Boca. Electo en marzo de 1904, en Buenos Aires.

Al bardo: Improvisadamente

Ángel Villoldo: Uno de los pioneros del Tango macho, fallecido en 1919

Astiyado: Reparto del botín de un robo.

Bacán: Adinerado, astuto.

Bagaya: Estafa

Betún: Soborno

Biyuya: Dinero

Boletear: Matar

Capo: Jefe de un grupo

Carnavales: Sinónimo de años.

Chiche: Revólver

China: Pareja en el baile y en el amor

Conventillo: Casas de precaria estabilidad que se montaban sobre pilotes. Populares en los barrios proletarios de Buenos Aires, fueron las primeras moradas de muchos inmigrantes.

Embagayarse: Meterse en una estafa, verse estafado.

Entrevero: Lío, problema.

Disquero: Fanfarrón

Dolorosa: La cuenta en un restaurante.

La quinta del ñato: Cementerio

Manyar: Comer

Seisluces: Pistola

Vidrios: Ojos

FALACIAS EMPLEADAS


1.- Falacia Ad baculum

2.- Falacia Post hoc

3.- Falacia Ad hominem

4.- Falacia Ad populum

5.- Falacia Ad verecundiam

6.- Falacia por ignorancia