Colegio San Ignacio
Teoría del Conocimiento
Filosofía
Tesis:
¿Las creencias determinan las conductas del ser humano?
Francisco Ortiz H.
3º-Medio “B”
Lunes 03 de Diciembre de 2007
Miss Valentina Carrozzi R.
Temario
→ Introducción
→ Desarrollo
→ 1. La religión
→ 2. La existencia de Dios
→ 3. El Suicidio Existencial
→ 4. Política e Ideología
→ Conclusión
→ Bibliografía
¿LAS CREENCIAS DETERMINAN LAS CONDUCTAS DEL SER HUMANO?
IntroducciónRecuerdo un día en que observaba las noticias en la televisión, y presentaron un reportaje relativo a los niños que se suicidan a muy temprana edad, es decir, jóvenes en el principio de sus vidas. El periodista explicó que todo se debía a una secuencia de problemas que habían o estaban sufriendo por un período indeterminado de tiempo y que a la postre se desencadenaría en tendencias suicidas, llegando a su objetivo último, finalizar su vida de maneras atroces. Me quedé reflexionando mucho sobre todo esto, ya que me dio mucha pena el hecho de que no hayan encontrado otra solución más que olvidar todo y sumirse al dolor. Conforme a esto, vinieron muchas dudas a mi mente. Esas personas, algún día, ¿podrán dejar esas actitudes suicidas y reemplazarlas por amor o esperanza en un futuro mejor? O quizá, ¿cuál es el reemplazante para superar todas esas malas vibras que circundan su mente?
También llegó a mí la duda de que si pueden superar lo ya antes dicho y volver a ser esos niños felices que fueron antaño, dejando toda la obnubulencia de lado. ¿Será la depresión el primer gatillante de todos estos actos y qué efectos y acciones las producirían? Sin querer estarlo, me vi envuelto en un problema inmenso y sin respuesta alguna, lo que a la postre me desencadenaría más preguntas, tales como por qué surgen estas penosas tendencias, serán acaso por problemas familiares o tal vez discriminación y burlas que sufrieron cuando pequeños, o quizás el que se sientan solos e incomprendidos a nivel familiar o amistoso, espiritual, etc.
Este punto fue crucial, ya que como creyente que soy, me pregunté si será porque no confían en Dios, o porque lo abandonaron conforme a todas las cosas "malas" les pasaban. Pero, luego de analizar distintos casos y compararlos con mi persona, llegué a preguntarme cómo las personas en general se forman, qué hacen que sean de una forma y no de otra, que al final los hace tan únicos; qué causas gatillaron que sean felices, alegres, positivos, melancólicos, etc.
Aunque, pensando detenidamente, esclarecí que mi verdadera interrogante, más allá de los problemas sicológicos que posee y su desarrollo ligado a ese tema, era qué era el hombre, cómo se define, cuál será su apoyo máximo, y si es que éste existe, en qué consiste y por qué se aferra a el.
En síntesis, mi pregunta va guiada a poder hurgar un poco nuestro pasado, ya que "no hay historia sin pasado". Indagar en el punto inicial de apoyo de un humano, qué es lo que lo define y cuál es la mirada de las variadas ramas que lo rodean (refiérase a estudios sobre él, religión, interacción con sus pares, etc.).
Espero pueda ayudar mi tesis a los que se quieran conocer más interiormente, a responder por qué creemos, y a los que quieran aprender un poco de ellos, o los que quieran conocer más acerca de los motivos del Hombre, para que, de una vez por todas, comiencen a conocerse y amarse a sí mismos, y luego a los demás.
Primeramente, trabajaré especialmente con el ser humano y sus características, excluyendo (a menos que la situación lo amerite) a todo ser que no lo sea (llámese animales, insectos, seres divinos, etc), es decir, con el Homo Sapiens, el descendiente de los Primates, los homínidos.
Homo es un género del reino animal, provenientes de los ya nombrados Primates. Se caracteriza por ser bípedo, con pies no prensiles y su primer dedo alineado con los restantes. A su vez, Sapiens proviene de "sabio" o "capaz de conocer", es decir, un ente racional. Esta característica lo diferencia de las demás especies, ya que tiene la capacidad para realizar operaciones conceptuales y simbólicas muy complejas, los cuales incluyen el uso de sistemas lingüísticos muy sofisticados, como así el razonamiento abstracto, las capacidades de introspección (el conocimiento que el sujeto tiene de sus propios estados mentales) y especulación (resolución dialéctica de las contradicciones en una unidad de orden superior), entre muchas otras. Por ejemplo, “…La diferencia entre el hombre y el animal radica en que éste último actúa por el instinto y no se ve sometido al problema de la libertad que padece el ser humano. El hombre nace asido a una serie de lazos y por propia naturaleza tarda mas en dejar de depender de los padres”.[1]
Como se mencionó anteriormente, y para avanzar en el estudio del ser humano, es necesario afirmar que debe estar atado o ligado a algo para poder vivir "normalmente" y desarrollarse, es decir, creer en algo. Se entiende por creencia un firme asentamiento y conformidad con una cosa. “…La mente tiene tras de sí la creencia, el deseo, el impulso de estar en seguridad…”[2]. Además, “…Poco a poco, ha ido adquiriendo más y más libertad (el humano), y, por lo tanto, convirtiéndose cada vez más en un individuo único, pero a la vez se va alejando en mayor medida la represión a la que estaba sometido, lo que genera en él un sentimiento de desarraigo, soledad, ya que, anteriormente, tenía fijado un patrón de conducta establecido y al perderlo se siente desorientado. Esto produce en el hombre un ansia de sentirse unido a algo, lo que explicaría el sometimiento que experimenta a veces con la religión…” [3] . Dichas ataduras luego se expresan y fundamentan en el amor, la religión, la interacción con otros; razones biológicas, sicológicas, sociológicas, hasta llegar al punto que algunas filosóficas también apoyan la moción. Por lo tanto, el hombre necesita y le es vital el acompañamiento y la adherencia a alguien o algo, sea lo que ya he nombrado, o incluso a sí mismo. Esto denota claramente el sometimiento del hombre a manos de una fuerza a la que él cree superior, algo que le pueda garantizar una seguridad y confianza que siendo libre no poseía.
Si nos remontamos al hombre en sus inicios, vale decir desde que nace, siempre le veremos atado sicológicamente a la madre (por lo menos durante su infancia) y si no está aquella, la reemplazará por otro ser. Podemos concluir que carecerá de libertad en este proceso, pero poco le importará ya que la seguridad y confianza que tendrá en ella será necesaria para su bienestar (por lo tanto, siempre la seguridad está de por medio y la creencia). Luego, para no ahondar tanto en el tema y no sea trillado, el sujeto crece y se empieza a individualizar, pero se aferra a algo de nuevo ya que tiene miedo frente a la soledad y a la indecisión frente a un mundo totalmente nuevo y peligroso, es decir, la creencia y la necesidad de aferrarse a algo es imperativa.
Si bien ya no está con una figura maternal en quien apoyarse, el individuo en cuestión “…abandona su libertad para dejar de lado la soledad y se sumerge en mecanismos que le roban la libertad pero le dan la seguridad y la confianza que busca”[4] y recurre a sistemas totalitarios, a la religión, etc.
Como ya vimos, la creencia y seguridad-de, son vitales. Cabe aclarar y recalcar que las creencias no sólo se refieren a la religión, sino que también a sistemas políticos, en sí mismos, etc. Apoyarse en algo es lo fundamental.
Desarrollo
La Religión
La religión tiene muchas interpretaciones a lo largo de la historia del ser humano. Nietzsche, por ejemplo, la niega ya que “no es una experiencia verdadera pues no es experiencia de una entidad real, de una entidad que realmente exista”, por lo tanto, está considerando el ateísmo y la negación a creer en algo sobrenatural y que no tenga un fundamento empírico. Es decir, significa que él piensa que es ilógico creer en algo no material y no orgánico y, por lo tanto, no existe. Mas, lo más racional para él es negarse a creer en algo sobrenatural, que en el caso sería Dios, entonces defendería al ateísmo. Luego, para darle explicación al por qué los hombres han creído durante tanto tiempo esa ilusión, aboga que “…el estado de ánimo que promueve el éxito de las creencias religiosas, de la invención de un mundo religioso, es el de resentimiento, el de no sentirse cómodo en la vida, el afán de ocultar la dimensión trágica de la existencia”[5]. Para seguir entendiendo la postura del filósofo, consideremos que “…la incapacidad vital para aceptar todas las dimensiones de la existencia y el afán de encontrar un consuelo fuera de este mundo”[6], dando como explicación al por qué creen los cristianos (específicamente). Conforme a las conclusiones que podemos deducir, serán las siguientes: referente al por qué los hombres han creído, nos da un pase gol, ya que deducimos que el hombre necesita una explicación y un soporte frente a sus fracasos y a sus problemas sin respuesta lógica, por lo tanto busca algo en que apoyarse para no sentirse un fracasado (especial énfasis que no necesariamente en la religión, pero como estamos viendo este tema se adecua). Es decir, aunque no tenga sentido la religión, igual debe y tiene que tener algo en que aferrarse. Mas, como la ciencia no responde aún a todas las preguntas del ser humano, llámense existenciales o de carácter divino e incomprensible, se acompaña con algo superior a Él y que le brinde la paz y seguridad que no encuentra por medio de su razón. En síntesis, cuando Nietzsche se refiere a que “no es una experiencia verdadera”, hace alusión a que no puede ser así ya que no se ha comprobado la existencia de Dios, por lo tanto aboga que no puedes creer en algo que no existe. Empero, lo que yo defiendo, es que el filósofo trata de buscar una explicación al por qué creen los cristianos, y susodicha explicación es porque necesitan una respuesta a las cosas que no tienen sentido lógico, y para apoyarse en algo frente a problemas y fracasos. Es decir, el hombre debe creer en algo. Dicho efecto, según palabras del filósofo, es la voluntad de poder: todo hombre la necesita para aferrarse a algo, es la fuerza primordial que busca mantenerse en el ser.
En tanto, defendiendo al ateísmo también, Marx habla de que la religión es una “alienación”. Primeramente, ésta es un desposeimiento de una cualidad de un hombre en detrimento de otro. “…Es una invención humana que consuela al hombre de los sufrimientos de este mundo”[7]. Al igual que Nietzsche, considera que la experiencia religiosa no es una experiencia de algo realmente existente (ya que no se comprueba la existencia de Dios). Además, para corroborar a cabalidad de que, aunque postulen el ateísmo los dos filósofos ya nombrados, es necesario para el hombre la creencia en algo, sea combatiendo ante la lucha de clases o para ocultar la dimensión trágica de la existencia. “…El hombre toma lo que considera mejor de sí mismo (voluntad, inteligencia, bondad,...) y lo proyecta fuera de sí, en el ámbito de lo infinito; a su vez, esta proyección se vive como una realidad que se enfrenta al propio sujeto que la ha creado”[8]. Por ejemplo, en el caso citado, el hombre, frente a que es finito, crea algo infinito y reúne cualidades positivas de sí, inferiorizándolo. Además, obviando que Marx nos postula su vida social y económica frente al proletariado, habla que la religión “…desvía al hombre del único ámbito en donde le es realmente posible la salvación y felicidad, el mundo humano”[9]. Es decir, el carácter consolador y “solucionador de problemas” de la religión frente al hombre, y la promesa de que luego de la vida la felicidad y la justicia estarán en abundancia, irán de la mano y además coalineadas (en el cielo), produce un efecto de adormecimiento, tranquilidad, sometimiento y pasividad del sujeto frente a su acontecer actual y diario vivir (su vida personal), en el mundo (como gente que le rodea) y en las situaciones sociales (discriminación, marginalidad), políticas (sistemas totalitarios o que atenten contra su dignidad, no siendo lo mismo) y económicas (pobreza, malos tratos, yugos patronales), las cuales son las que gatillan y desencadenan subliminalmente el sufrimiento que padece: esto lo resume en la conocida frase “el opio del pueblo”.
El opio es una droga, provoca euforia seguida de un sueño onírico, su repetido uso conduce al hábito y posteriormente a una degradación física e intelectual, que lo convierten en un estupefaciente. Es decir, la frase la utiliza como si Dios fuese un calmante, un anestésico el cual actúa frente a la soledad, el dolor, frente a el sufrimiento, frente a un sinfín de problemas que el humano puede llegar a padecer (o las situaciones en las que se envuelva, como en sistemas políticos, etc.) y que no encuentra una respuesta inmediata. Debo agregar que discriminaré y dejaré de lado la lucha del proletariado de Marx, ya que no es menester mencionarla ante la religión, sino como un mero impedimento y traba por la revolución social, acontecimiento que ya señalé anteriormente.
Como hemos visto, la religión para los ateístas se presenta como un impedimento a la superación y cambios sociales (caso Marx) y como una invención para evitar los fracasos, la soledad, y el sufrimiento en sí (para Nietzsche). En tanto, ahora propondré la mirada creyente de la filosofía. Primero que todo, definiremos la fe como el asentamiento de la inteligencia a verdades religiosas reveladas, que orienta el pensamiento y la acción. En tanto, Dios se entenderá como una entidad o ser sobrenatural, creador y dueño del universo y de los destinos humanos, generalmente objeto de culto religioso[10]. Cabe agregar que dichas definiciones ayudaran a explicar el sentido creyente, por lo tanto atañe a dicho carácter y quizá no sea compartida, por ejemplo, por ateos.
Santo Tomás, en primera instancia, nos habla del Cristianismo como una doctrina de salvación: “...es un conjunto de ideas acerca de la realidad y un conjunto de preceptos cuyo cumplimiento permite al fiel la vida y felicidad tras su estancia en este mundo”[11]. Es decir, podemos recalcar que la religión quiere dar respuesta a las grandes necesidades del hombre, pero prevaleciendo la fe ante todo. Además, para Santo Tomás le fue crucial el problema de la relación entre la razón y la fe.
Al primero le llama “orden natural”, y Al segundo “orden sobrenatural”. La razón proviene del humano, es el gatillador de la filosofía y posee leyes y métodos propios. A su vez, el orden sobrenatural proviene de la fe y de la revelación y es un conocimiento oscuro por naturaleza “…creer es un acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por imperio de la voluntad movida por Dios mediante la gracia”[12]. Es decir, son órdenes que se complementan, y su origen es idéntico: provienen de Dios. Como ya señalé, dichos órdenes se ayudan mutuamente: por ejemplo, la revelación puede servir a la razón para preservarla de errores y para indicarle el término a que debe llegar. En tanto, la razón ayudará a la fe para aclarar, explicar y defender los misterios de la revelación. El equilibrio entre las dos se llamará “teología”. A pesar de que esta unión no responda a todas las preguntas (tales como si existe Dios, por ejemplo), es imperativa la fe ante todo, ya que el hombre no siempre llegará a la verdad por uso de la razón (dice que por falta de tiempo o por capacidad). Luego, se desprende la teología racional: su objetivo es Dios, y su método de búsqueda son las facultades intelectuales. Asimismo, la teología cristiana será la que por fundamento es la doctrina revelada y la fe, pero en conjunto con la razón, para un orden científico. ¿Para qué tanto orden? Para comprobar que la fe y la razón pueden trabajar de la mano, y para responder las preguntas que atañen al hombre y que no pueden ser evitadas ni dejadas de lado. Es decir, la creencia, además de prever acompañamiento (como lo veremos más adelante), va dirigida a responder preguntas que no tienen un principio claro, mediante la cooperación entre la fe y la razón, entre lo ilógico y lo lógico, entre un tema de asentamiento de confianza y facultades intelectuales.
La existencia de Dios
Santo Tomás difiere de S. Anselmo y Descartes en la existencia, ya que encuentra que el argumento ontológico (el cual postula que Dios existe debido a “características esenciales: si se incluyese en su esencia, entonces podríamos suponer que la proposición "Dios existe" puede ser mostrada como verdadera con la mera comprensión del término "Dios"”. Difiere con ellos ya que no es evidente en sí misma, como lo podría ser “los hombres son animales racionales”, ya que en la esencia se encuentra la propiedad referida en la proposición. Además, porque produce un salto ilegítimo que consiste en pasar del mundo ideal o del pensamiento al hecho evidente de la existencia real de la divinidad). Conforme a esta disyuntiva y problemática de no aceptar dicha explicación, postulará las cinco vías. La primera vía estará fundada en la observación del movimiento: es cierto y consta al sentido que las cosas se mueven en el mundo, en consecuencia todo lo que se mueve es movido por algo, y no cabe más que admitir que hay algo que mueve sin ser movido por nada, un primer motor inmóvil que es Dios. El primer motor debe ser único, ya que si fuesen más las diferencias les harían imperfectos. Es decir, Dios es el motor inmovil. La segunda vía parte de la observación de la relación causal: en toda cosa sensible encontramos un orden de causas eficientes. Conforme a esto, no es posible que algo sea causa de sí mismo, debe estar en contacto con algo y en pro de cambiar, por lo tanto es necesario que exista una causa eficiente suprema y primera, una causa que no es efecto y producto de nada. Dichosa causa primera será Dios, la “causa incausada”. La tercera vía se funda en la observación de las cosas contingentes. Para Santo Tomás, la contingencia consiste en que todo lo que existe debe poseer su razón de existencia: los seres existen, pero podrían no existir. Junto con los seres contingentes existirá un ser necesario, el cual tendrá la razón de su existencia en sí mismo y no en otro, el cual será Dios. En tanto, la cuarta vía parte de la observación de los grados de la perfección: dichosa perfección no la entrega nadie más que no sea Dios, y conforme a Él se encuentra en las cosas que algo es “más o menos” bueno, verdadero o noble. Por último, la última vía se funda en la idea de finalidad: todo ser y cosa tiende a un fin, incluso lo desconocido. Dios es el ser inteligente que dirige las cosas naturales y que se convierte en fin absoluto de todo. Dios será una inteligencia ordenadora.
Santo Tomás postula las cinco vías para darle una explicación racional a la existencia de Dios, y no basarse meramente en dogmas o verdades innatas, que escapan al plano de la fe. En síntesis, para el creyente Dios es el motor de los seres y del amor, Dios es un ser perfecto y divino, y que todo lo puede. Si lo comparamos, es la versión “gold” del hombre, la versión totalmente mejorada de lo que le gustaría ser al hombre.
Cabe mencionar, para entender un poco la postura de los creyentes (cristianos), a Soren Kierkegaard, con el existencialismo cristiano. Para él, la fe es la que salva al hombre de la desesperación, y que ésta lleva hacia Dios, el cual todo lo puede[13]. Gracias a esto, podemos analizar que la creencia nuevamente renace como un método contra la desesperación y la soledad, acto que hemos ya explicado anteriormente. Para Kierkegaard, elegir en el mundo le provoca angustia, y elegirse a sí mismo desesperación. Dice: “…La nada engendra la angustia (...) Los conceptos de miedo y otros similares se refieren siempre a algo concreto, en tanto que la 'angustia' es la realidad de la libertad en cuanto posibilidad frente a la posibilidad. Esta es la razón de que no se encuentre ninguna angustia en bruto, precisamente porque éste, en su naturalidad, no está determinado como espíritu”[14]. En tanto, la desesperación es “…una enfermedad propia del espíritu, del yo, y por consiguiente puede revestir tres formas: la del desesperado que ignora poseer un yo (desesperación impropiamente tal), la del desesperado que no quiere ser sí mismo y la del desesperado que quiere ser sí mismo. (...) La relación entre el alma y el cuerpo es una simple relación. Por el contrario, si se relaciona consigo misma, entonces esta relación es lo tercero positivo, y esto es cabalmente el yo”[15]. Es decir, Soren le imprime un carácter más trágico a la religión, pero que igualmente se presenta como un método para salvaguardar algo.
Debo agregar también una arista del existencialismo cristiano, el cual nos ayuda a comprender el por qué los hombres creen, y lo señalado en el párrafo anterior “La libertad humana trae consigo los sentimientos de angustia, desamparo y desesperación.” Angustia ante el hecho de que es uno mismo el responsable de sí mismo y de los demás; desamparo porque la elección se hace en soledad, no existe una tabla de valores en la que apoyarse, ni ningún signo que nos indique la conducta a seguir, es preciso inventarse la moral; y desesperación porque no es posible un control completo de la realidad en la realización del proyecto, porque siempre hay que contar con factores imprevistos, con la posibilidad de que se truequen nuestras buenas intenciones en malos efectos.
El Suicidio Existencial
Para tratar de dar respuesta al por qué las personas se suicidan, y al verdadero sentido -si es que lo tiene- del suicidio, en primera instancia, recurriremos a Albert Camus. Nos habla del mito de Sísifo, el cual presenta el valor de la vida y del suicidio.
Dicho mito consiste en que Sísifo, perteneciente a la mitología griega, hizo enfadar a los Dioses por su astucia. Como castigo, fue condenado a perder la vista y empujar perpetuamente un peñasco gigante montaña arriba hasta la cima, sólo para que volviese a caer rodando hasta el valle, y así indefinida e inevitablemente.[16] Esto denota la absurda tarea del sujeto por subir la roca sin un propósito razonable –para él- y sabiendo que deberá iniciar eternamente su labor. Gracias a esto, el filósofo alude al implemento de una metáfora acorde a la vida del hombre y a su esfuerzo inútil e incesante, conforme a su existencia angosta y al desperdicio de ésta (pasar su vida trabajando inútilmente en una oficina y sin esperanza, por ejemplo). Camus, en un intento de responder a la pregunta que muchos se han formulado (¿cuál es el propósito de la vida?), responde “se nace para morir”. La defiende ya que la muerte es lo único seguro que le pasará, sus sueños y anhelos pueden esfumarse y no cumplirse e irse en un ir y venir de ojos, en tanto la muerte siempre estará latente y será la verdad innata de lo que sucederá en el futuro, lo que siempre pasará y por más que se intente, nunca se podrá postergar ni eludir, ni aunque se sea un gran filosofo, un ateo, un vendedor o un astro del fútbol.
En tanto, como otra explicación para el por qué el salto de la fe en el hombre (el cual ayuda a la pregunta principal) es que aboga la idea del “hombre absurdo”. Éste es aquel que tiene conciencia de la inutilidad de su vida y que las pretensiones razonables del sujeto chocan y se contrarrestan con lo irrazonable de la realidad.
El ejemplo específico es que en el momento del juicio de Meursault, declara que mató al árabe por causa del sol.[17] Primeramente, dicha causa, a ojos de un ser lógico y racional, es totalmente ilógica y estúpida, por decir lo menos (de hecho, en la obra las personas que estaban presentes en el juicio rompen en carcajadas). Cómo será posible que a causa del sol, ente que por sus características no se puede tener contacto físico con el, Meursault haya asesinado a un hombre. Pero aquí está lo absurdo, ya que para el protagonista es una razón totalmente válida y un buen motivo, situación que si analizamos, es un argumento justo dentro de su mundo, contra la realidad y la lógica del resto, los cuales chocan (los mundos) y crean una incongruencia. Ya más pausada y detenidamente, el suicidio no se toma para Camus como el término de la vida, sino que como la vida sin esperanza y rutinaria, como una mera transición desde que se nace hasta la muerte. Pero, ¿qué se hace en el transcurso de la vida? ¿Simplemente esperar a morir? No. He aquí el punto en que la creencia, hasta en temas como el suicidio, prevalece.
El hombre querrá trabajar, amar, ser, preguntarse por la lógica de las cosas y el orden natural. Producto de esto, crea símbolos que le ayudan a controlar el miedo y la inseguridad frente a lo desconocido: jerarquiza y etiqueta valores a dichas cosas que le producen sufrimiento. Y lo controla, ya que de lo que se es dueño, no se puede tener temor. Y es aquí donde el hombre crea las ciencias o la religión. En la primera encontrará sistematización y confiabilidad frente a un método que usará a favor. En tanto, la religión le servirá como consuelo, para pensar en que, luego de su breve paso entre su nacimiento y la muerte, habrá algo más y será su merecida recompensa por el sin-saber que vivió en su período de transición.
Retomando el tema del suicidio, y del por qué se toma una decisión tan abrupta, se denota que dicha acción se aferra a sí gracias al sin-sentido de la vida del sujeto en cuestión: al verse con tribulaciones y problemas sin fin, encuentra que el temor y la inseguridad de no tener en qué aferrarse es prevaleciente ante todo, y que, (quizá erradamente para la visión de los que no estamos en su mundo) acabar con su propia existencia es la solución. Para la persona, vivir con todos sus problemas en la espalda fue un suicidio a paso lento: no encontró la seguridad de apoyarse en algo y el temor, finalmente, les gana. Asimismo, la muerte para el filósofo es el fin y culminación de lo absurdo, ya que el hombre es realmente dichoso y vive dignamente cuando comprende de que su vida tiene un término y es finito, y sabe que, a lo largo de sus años, ha existido no como debe ser o como alguien le dijo que fuese, sino que existió como pudo ser, lo cual lo libra de muchas culpas y responsabilidades, que, recordemos en el mundo de lo absurdo, no tienen importancia, ya que nada es bueno o malo, simplemente es.
Política e Ideología
Como he hablado anteriormente, las creencias pueden basarse en la religión, en el suicidio (como medio de resignación o superación a ese estado) y, en última instancia, en la política o en una ideología. Marx nos hablaba de una revolución social en pro del proletariado, esa creencia ferviente en poder cambiar la situación de las personas económicamente desposeidas. Por lo tanto, se amplía el espectro de las creencias, ya a modo ahora de cambios sociales o motivaciones para algo mejor. Para comprender mejor la lectura, definiré conceptos.
En primera instancia, fenómeno social: ”…Es la actitud consciente del hombre ante los fenómenos de la vida social y su propia condición social, iniciándose espontánea y conscientemente contra los factores que lo limiten, lo opriman y lo exploten, de manera tal que lo impulse de manera inevitable a un cambio social”[18]. Asimismo, un cambio social se definirá como “…Variaciones o modificaciones en cualquier aspecto de los procesos, pautas o normas sociales. Expresión amplia que sirve para designar el resultado de cualquier variedad de movimiento social, puede ser progresivo o regresivo, permanentemente o moral, planeado o sin planear”[19], Primeramente, partiré con con Auguste Comte, para entender y comprender los fenómenos sociales, de la estructura y del cambio social. Se habla de tres estados:
“1. Estado teológico: corresponde a la infancia de la humanidad; en esta época el hombre da explicaciones fantásticas de los fenómenos naturales, utiliza categorías antropológicas para comprender el mundo y técnicas mágicas para dominarlo.
2. Estado metafísico: las explicaciones son racionales, se busca el por qué de las cosas y se sustituye a los dioses por entidades abstractas y términos metafísicos.
3. Estado científico o positivo: es la definitiva. Ya no se busca el por qué sino el cómo, el conocimiento se basa en la observación y la experiencia y se expresa con el recurso de la matemática. Se busca el conocimiento de las leyes de la Naturaleza para su dominio técnico.”[20]
Como vemos, el hombre va de lo irracional a lo racional: en primera instancia usa la teología para dar respuesta a fenómenos naturales y prevalece el carácter místico. En el segundo estado, empiezan a verse vestigios de racionalidad, y ya en el tercer estado predomina la observación y la experiencia como método del conocimiento.
El concepto filosofía política, es presentado que en las propias palabras de Jacques Maritain:
La filosofía política no sólo es práctica, en el sentido que trata de las acciones humanas y de sus fines, normas y condiciones de existencia; sino que es, a pesar de los sarcasmos de los llamados hombres prácticos, eficaz y eficaz en grado sumo, porque la esperanza tiene que ver con el deber ser de las cosas, no con lo que las cosas son, y el hombre no puede vivir y actuar sin esperanza. La filosofía política es eficaz y eficaz en grado sumo, porque tiene que ver con las esperanzas terrestres de la comunidad humana. []
Sea lo que fuere, la realidad es que todo poder descansa finalmente en las creencias. Los gobernados creen que es necesario obedecer… el poder siempre busca ser aceptado, desea hacerse amar y reverenciar por medio de los sistemas de creencias. Por último, Santo Tomás nos habla de “…El hombre tiene un fin sobrenatural, pero debe conseguirlo mediante su actividad y su vida en el Estado”[21]. Es decir, como el hombre vive en comunidad y constante interacción con sus pares, debe siempre buscar el bien común de dichosa comunidad. No importará qué tendencia política represente, siempre estará latente el hecho del porvenir social. Además, “Así, el Estado debe guiar y legislar para que los ciudadanos vivan virtuosamente y alcancen el fin que les es propio: la salvación eterna.” Esto quiere decir que el fin político es el mismo fin religioso: el equilibrio entre el bien común.
En síntesis, la política (desde la optica del Humanismo Cristiano,) aspira a que los gobernados puedan alcanzar el máximo desarrollo de todas sus capacidades y la plena satisfacción de sus necesidades, porque se sostiene la esperanza de un mundo mejor. Un excelente exponente de esta visión es el francés Maritain, “La filosofía política no sólo es práctica, en el sentido que trata de las acciones humanas y de sus fines, normas y condiciones de existencia; sino que es, a pesar de los sarcasmos de los llamados hombres prácticos, eficaz y eficaz en grado sumo, porque la esperanza tiene que ver con el deber ser de las cosas, no con lo que las cosas son, y el hombre no puede vivir y actuar sin esperanza. La filosofía política es eficaz y eficaz en grado sumo, porque tiene que ver con las esperanzas terrestres de la comunidad humana”.
Conclusión
Primeramente, según todo lo que he investigado, creer en algo para el humano es vital, imperativo y urgente. El hombre, a lo largo de su historia, ha ido formulándose preguntas que le hace ser buscador de la verdad e incansable peregrinos en la ruta del conocimiento.
¿Por qué estamos aquí, cuál es nuestro fin?, entre millones de otras han estado en el tintero y en la mente de los encargados del quehacer filosófico. Empero, por más que quieran y se pasen la vida preguntándose el fin último de ésta, es evidente que subyace en ello la intriga y el miedo, que les mueve a formularse dichas interrogantes. Es el miedo y la inseguridad de no saber de dónde vienen, de cómo, simplemente, apareció la raza humana en aquel pedazo de tierra que le llaman vagamente “mundo”. Es el sentimiento de soledad y desarraigo, de ese apatrida que no encuentra un lugar en el cual desarrollarse, ya que no puede empezar a construir en la nada misma. Conforme a esto, se denota la cualidad humana de creer.
El ser humano debe creer en algo para no sufrir ante la irracionalidad de su existencia, debe tener una base para poder cimentar sus sueños y proyectos, debe poseer un dominio sobre algo y en el cual pueda basar su atención y estudios, debe tener ataduras con algo para que su vida tome, al fin, un sentido: buscar una respuesta a su creencia. Es decir, si nos preguntásemos qué es lo que define al ser humano, es la creencia (obviando el desarrollo de la psicología y los demás aspectos contribuyentes a su personalidad).
Es decir, si un hombre cree, por ejemplo, en la religión (específicamente religión católica, como lo desarrollé y guié en su tema) hará su vida mediante el plan de Dios, el equilibrio entre las buenas acciones y la fe, el amar a los demás como si fuesen el mismísimo Cristo, y el obrar mediante buenas acciones, sin perjudicar a terceros.
Otro tanto sucederá si el hombre cree en la política, guiará su vida a generar los cambios sociales que su militancia le imponga, a la superación de la pobreza, a la dignidad de las personas, al buen trato del patrón frente a sus trabajadores, a la revolución de la pasividad de la gente frente a los costos indeseados de la humanidad (marginación, discriminación social, aprovechamiento de las masas, etc.) Además, si el hombre cree (específicamente en el tema del caso del suicidio) y descubre que, frente a su vida rutinaria, monótona y agobiante, lo importante es saber que a pesar de que la vida es absurda y no tiene un objetivo trascendental, se debe buscar una armonía y dignidad que la haga llevadera y soportable, además de alegre.
El hombre debe procurar encontrar alguna razón para vivir el día a día y esperar su muerte gratamente (ya que es conciente de su estado de finitud). La felicidad radica en el conocer y en no ambicionar nada más de lo que se puede tener, aceptar la fatalidad de nuestra vida, tan rutinaria que llega a ser absurda como la de Sísifo.
Como otro punto, frente al suicidio nadie dice si es bueno o malo, ya que no estamos en la piel del sujeto que lo comete ni saber lo que está sintiendo; quizá verdaderamente para él lo mejor sea terminar todo de una vez, pero mi propia mirada, es tratar de alcanzar una linda y grata forma de morir, esperarla lo mejor posible: habiendo hecho lo que mi Dios pensó y quiso para mí. Además, si el suicidio es trágico, es porque se tiene conciencia. Claramente es paradójico, ya que lo que debería constituir su tormento al mismo tiempo es su victoria.
Discrepo un poco en el valor de la creencia frente a la religión. En mi caso, yo creo en Dios no porque me sea útil, me sienta solo e inseguro frente al mundo, y porque “me concede mis peticiones”, sino porque Dios es amor, y qué mejor que construir su reino entre nosotros. Por algo se nos dio la capacidad de sentir, de tener sentimientos, ¿qué se puede hacer frente a un hombre que tiene hambre? Claramente, por más que uno tenga los valores que sean, no se puede ser individualista en el mundo. Por algo convivimos en sociedad y se debería buscar un fin mayor, el fin y la paz social mediante acciones que a todos le beneficien y les engrandezcan como personas. Frente a la interrogante de qué hacer frente al hombre que tiene hambre, no queda más que dignificarlo: suplir sus necesidades y ponerlos al mismo estado en que yo me encuentro: las mismas posibilidades. Además, quién sabe si dicho ser puede crecer conmigo y ayudarme a superar mis propias carencias: nadie sabe.
Por lo tanto, y en síntesis, el carácter que el humano le da a la creencia, y según lo que aprendí y pude deducir de mi tesis, es que para superar sus problemas, para poder dar una respuesta a algo que, en algunos casos, ni la razón combinada con la fe pueden esclarecer, es totalmente vital, aunque sea ciega e infundada da lo mismo, lo que importa es que le de un propósito a su vivir, y le quita amargura a una frase que me ha estado llamando mucho la atención últimamente: la vida es un suicidio.
Es decir, las creencias sí determinan las conductas del ser humano, sea en la búsqueda de la superación personal, del bienestar comunitario, de la desenvoltura frente a su medio y su entorno, etc. (ya nombré anteriormente los casos posibles referentes a los temas tratados). Creer es crear, por lo tanto al llevar a cabo esto, se amplia e inventa todo un mundo lleno de posibilidades, creando (en un caso personal) ilusiones y sueños por cumplir, metas y logros.
Si es que el mito de Sísifo fuese nuestro acontecer actual, qué mejor que ser nosotros dueños de nuestro destino, aunque sea monótono. El mismo Camus decía “...dejo a Sísifo al pie de la montaña […] cada fragmento mineral de esta montaña llena de oscuridad, forma por si solo el mundo. El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar el corazón de un hombre. Hay que imaginarse a Sísifo dichoso”.
Para qué pasar la vida pensando en que algún día terminará, para qué ser negativos y recalcar sólo las ínfimas cosas malas que nos pasan, siendo que no las ponemos en la balanza con la infinidad de cosas buenas que en verdad sí nos pasan y que no magnificamos. Todos somos concientes de nuestra tarea amarga y sin-sentido de vivir, pero a su vez, todos sabemos que nos tenemos, primero, a nosotros mismos, y luego a los demás, para complementar nuestro peso, nuestros problemas, y sobretodo, nuestras alegrías y amor. La felicidad lo es todo: ya llevamos mucho tiempo en el mundo respondiendo a interrogantes que quieren esclarecer nuestro pasado, por ejemplo. Es hora ya de ser felices, luego vendrá la armonía con lo desconocido: es hora de buscar la felicidad de una vez por todas.
Por último, para darme una respuesta a la pregunta inicial del suicidio, llegué a la conclusión que todo hombre que cree en algo, sea un sistema político, o la adhesión a un credo, le dará sentido a su vida. Y, si se observa en una persona la falta de creencias, sean estas un credo religioso, una filiación política, etc…, es fácil advertir que esta ausencia puede explicar el sin-sentido que le de a la vida, y que explicaría (en algunos casos), la falta de apego a la misma, y la posibilidad de admitir como una razonable solución poner fin a sus días mediante el suicidio.
Bibliografía
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http://es.wikipedia.org/wiki/Positivismo
http://filosofia.idoneos.com/index.php/342893
[1] FROMM, Erich “El Miedo a la Libertad”
[2] KRISHNAMURTI, Jiddu “La libertad Primera y Última”
[3] FROMM, Erich “El Miedo a la Libertad”
[4] FROMM, Erich “El Miedo a la Libertad”
[5] Revista Filosófica http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n37/aocampo.html
[6] Portal Web http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Historia-de-la-Filosofia.htm
[7] http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiacontemporanea/Marx/Marx-AlienacionReligiosa.htm
[8] http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiacontemporanea/Marx/Marx-AlienacionReligiosa.htm
[9] http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiacontemporanea/Marx/Marx-AlienacionReligiosa.htm, en conjunto con http://www.webdianoia.com/
[10] Diccionario Enciclopédico Larousse, en conjunto con http://www.cibernous.com/
[11] Portal Web http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Resumenes/SantoTomas-Resumen.htm
[12] Portal Web http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Resumenes/SantoTomas-Resumen.htm
[13] Portal web http://www.monografias.com/trabajos14/hegelkierkeg/hegelkierkeg.shtml#concep
[14] Kierkegaard, Soren. El concepto de angustia. Portal Web http://filosofia.idoneos.com/
[15] Kierkegaard, Soren. La Enfermedad Mortal. Portal Web http://filosofia.idoneos.com/
[16] http://es.wikipedia.org/wiki/El_mito_de_SÃsifo y http://www.topia.com.ar/articulos/20sisif.ht
[17] “El extranjero”, Camus, Albert. Capitulo VI
[18] Portal Web http://www.proyectosfindecarrera.com/definicion/fenomeno-social.htm
[19] Portal Web http://www.proyectosfindecarrera.com/definicion/cambio-social.htm
[20] Portal Web http://es.wikipedia.org/wiki/Positivismo
[21] Portal Web http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Resumenes/SantoTomas-Resumen1.htm
Teoría del Conocimiento
Filosofía
Tesis:
¿Las creencias determinan las conductas del ser humano?
Francisco Ortiz H.
3º-Medio “B”
Lunes 03 de Diciembre de 2007
Miss Valentina Carrozzi R.
Temario
→ Introducción
→ Desarrollo
→ 1. La religión
→ 2. La existencia de Dios
→ 3. El Suicidio Existencial
→ 4. Política e Ideología
→ Conclusión
→ Bibliografía
¿LAS CREENCIAS DETERMINAN LAS CONDUCTAS DEL SER HUMANO?
IntroducciónRecuerdo un día en que observaba las noticias en la televisión, y presentaron un reportaje relativo a los niños que se suicidan a muy temprana edad, es decir, jóvenes en el principio de sus vidas. El periodista explicó que todo se debía a una secuencia de problemas que habían o estaban sufriendo por un período indeterminado de tiempo y que a la postre se desencadenaría en tendencias suicidas, llegando a su objetivo último, finalizar su vida de maneras atroces. Me quedé reflexionando mucho sobre todo esto, ya que me dio mucha pena el hecho de que no hayan encontrado otra solución más que olvidar todo y sumirse al dolor. Conforme a esto, vinieron muchas dudas a mi mente. Esas personas, algún día, ¿podrán dejar esas actitudes suicidas y reemplazarlas por amor o esperanza en un futuro mejor? O quizá, ¿cuál es el reemplazante para superar todas esas malas vibras que circundan su mente?
También llegó a mí la duda de que si pueden superar lo ya antes dicho y volver a ser esos niños felices que fueron antaño, dejando toda la obnubulencia de lado. ¿Será la depresión el primer gatillante de todos estos actos y qué efectos y acciones las producirían? Sin querer estarlo, me vi envuelto en un problema inmenso y sin respuesta alguna, lo que a la postre me desencadenaría más preguntas, tales como por qué surgen estas penosas tendencias, serán acaso por problemas familiares o tal vez discriminación y burlas que sufrieron cuando pequeños, o quizás el que se sientan solos e incomprendidos a nivel familiar o amistoso, espiritual, etc.
Este punto fue crucial, ya que como creyente que soy, me pregunté si será porque no confían en Dios, o porque lo abandonaron conforme a todas las cosas "malas" les pasaban. Pero, luego de analizar distintos casos y compararlos con mi persona, llegué a preguntarme cómo las personas en general se forman, qué hacen que sean de una forma y no de otra, que al final los hace tan únicos; qué causas gatillaron que sean felices, alegres, positivos, melancólicos, etc.
Aunque, pensando detenidamente, esclarecí que mi verdadera interrogante, más allá de los problemas sicológicos que posee y su desarrollo ligado a ese tema, era qué era el hombre, cómo se define, cuál será su apoyo máximo, y si es que éste existe, en qué consiste y por qué se aferra a el.
En síntesis, mi pregunta va guiada a poder hurgar un poco nuestro pasado, ya que "no hay historia sin pasado". Indagar en el punto inicial de apoyo de un humano, qué es lo que lo define y cuál es la mirada de las variadas ramas que lo rodean (refiérase a estudios sobre él, religión, interacción con sus pares, etc.).
Espero pueda ayudar mi tesis a los que se quieran conocer más interiormente, a responder por qué creemos, y a los que quieran aprender un poco de ellos, o los que quieran conocer más acerca de los motivos del Hombre, para que, de una vez por todas, comiencen a conocerse y amarse a sí mismos, y luego a los demás.
Primeramente, trabajaré especialmente con el ser humano y sus características, excluyendo (a menos que la situación lo amerite) a todo ser que no lo sea (llámese animales, insectos, seres divinos, etc), es decir, con el Homo Sapiens, el descendiente de los Primates, los homínidos.
Homo es un género del reino animal, provenientes de los ya nombrados Primates. Se caracteriza por ser bípedo, con pies no prensiles y su primer dedo alineado con los restantes. A su vez, Sapiens proviene de "sabio" o "capaz de conocer", es decir, un ente racional. Esta característica lo diferencia de las demás especies, ya que tiene la capacidad para realizar operaciones conceptuales y simbólicas muy complejas, los cuales incluyen el uso de sistemas lingüísticos muy sofisticados, como así el razonamiento abstracto, las capacidades de introspección (el conocimiento que el sujeto tiene de sus propios estados mentales) y especulación (resolución dialéctica de las contradicciones en una unidad de orden superior), entre muchas otras. Por ejemplo, “…La diferencia entre el hombre y el animal radica en que éste último actúa por el instinto y no se ve sometido al problema de la libertad que padece el ser humano. El hombre nace asido a una serie de lazos y por propia naturaleza tarda mas en dejar de depender de los padres”.[1]
Como se mencionó anteriormente, y para avanzar en el estudio del ser humano, es necesario afirmar que debe estar atado o ligado a algo para poder vivir "normalmente" y desarrollarse, es decir, creer en algo. Se entiende por creencia un firme asentamiento y conformidad con una cosa. “…La mente tiene tras de sí la creencia, el deseo, el impulso de estar en seguridad…”[2]. Además, “…Poco a poco, ha ido adquiriendo más y más libertad (el humano), y, por lo tanto, convirtiéndose cada vez más en un individuo único, pero a la vez se va alejando en mayor medida la represión a la que estaba sometido, lo que genera en él un sentimiento de desarraigo, soledad, ya que, anteriormente, tenía fijado un patrón de conducta establecido y al perderlo se siente desorientado. Esto produce en el hombre un ansia de sentirse unido a algo, lo que explicaría el sometimiento que experimenta a veces con la religión…” [3] . Dichas ataduras luego se expresan y fundamentan en el amor, la religión, la interacción con otros; razones biológicas, sicológicas, sociológicas, hasta llegar al punto que algunas filosóficas también apoyan la moción. Por lo tanto, el hombre necesita y le es vital el acompañamiento y la adherencia a alguien o algo, sea lo que ya he nombrado, o incluso a sí mismo. Esto denota claramente el sometimiento del hombre a manos de una fuerza a la que él cree superior, algo que le pueda garantizar una seguridad y confianza que siendo libre no poseía.
Si nos remontamos al hombre en sus inicios, vale decir desde que nace, siempre le veremos atado sicológicamente a la madre (por lo menos durante su infancia) y si no está aquella, la reemplazará por otro ser. Podemos concluir que carecerá de libertad en este proceso, pero poco le importará ya que la seguridad y confianza que tendrá en ella será necesaria para su bienestar (por lo tanto, siempre la seguridad está de por medio y la creencia). Luego, para no ahondar tanto en el tema y no sea trillado, el sujeto crece y se empieza a individualizar, pero se aferra a algo de nuevo ya que tiene miedo frente a la soledad y a la indecisión frente a un mundo totalmente nuevo y peligroso, es decir, la creencia y la necesidad de aferrarse a algo es imperativa.
Si bien ya no está con una figura maternal en quien apoyarse, el individuo en cuestión “…abandona su libertad para dejar de lado la soledad y se sumerge en mecanismos que le roban la libertad pero le dan la seguridad y la confianza que busca”[4] y recurre a sistemas totalitarios, a la religión, etc.
Como ya vimos, la creencia y seguridad-de, son vitales. Cabe aclarar y recalcar que las creencias no sólo se refieren a la religión, sino que también a sistemas políticos, en sí mismos, etc. Apoyarse en algo es lo fundamental.
Desarrollo
La Religión
La religión tiene muchas interpretaciones a lo largo de la historia del ser humano. Nietzsche, por ejemplo, la niega ya que “no es una experiencia verdadera pues no es experiencia de una entidad real, de una entidad que realmente exista”, por lo tanto, está considerando el ateísmo y la negación a creer en algo sobrenatural y que no tenga un fundamento empírico. Es decir, significa que él piensa que es ilógico creer en algo no material y no orgánico y, por lo tanto, no existe. Mas, lo más racional para él es negarse a creer en algo sobrenatural, que en el caso sería Dios, entonces defendería al ateísmo. Luego, para darle explicación al por qué los hombres han creído durante tanto tiempo esa ilusión, aboga que “…el estado de ánimo que promueve el éxito de las creencias religiosas, de la invención de un mundo religioso, es el de resentimiento, el de no sentirse cómodo en la vida, el afán de ocultar la dimensión trágica de la existencia”[5]. Para seguir entendiendo la postura del filósofo, consideremos que “…la incapacidad vital para aceptar todas las dimensiones de la existencia y el afán de encontrar un consuelo fuera de este mundo”[6], dando como explicación al por qué creen los cristianos (específicamente). Conforme a las conclusiones que podemos deducir, serán las siguientes: referente al por qué los hombres han creído, nos da un pase gol, ya que deducimos que el hombre necesita una explicación y un soporte frente a sus fracasos y a sus problemas sin respuesta lógica, por lo tanto busca algo en que apoyarse para no sentirse un fracasado (especial énfasis que no necesariamente en la religión, pero como estamos viendo este tema se adecua). Es decir, aunque no tenga sentido la religión, igual debe y tiene que tener algo en que aferrarse. Mas, como la ciencia no responde aún a todas las preguntas del ser humano, llámense existenciales o de carácter divino e incomprensible, se acompaña con algo superior a Él y que le brinde la paz y seguridad que no encuentra por medio de su razón. En síntesis, cuando Nietzsche se refiere a que “no es una experiencia verdadera”, hace alusión a que no puede ser así ya que no se ha comprobado la existencia de Dios, por lo tanto aboga que no puedes creer en algo que no existe. Empero, lo que yo defiendo, es que el filósofo trata de buscar una explicación al por qué creen los cristianos, y susodicha explicación es porque necesitan una respuesta a las cosas que no tienen sentido lógico, y para apoyarse en algo frente a problemas y fracasos. Es decir, el hombre debe creer en algo. Dicho efecto, según palabras del filósofo, es la voluntad de poder: todo hombre la necesita para aferrarse a algo, es la fuerza primordial que busca mantenerse en el ser.
En tanto, defendiendo al ateísmo también, Marx habla de que la religión es una “alienación”. Primeramente, ésta es un desposeimiento de una cualidad de un hombre en detrimento de otro. “…Es una invención humana que consuela al hombre de los sufrimientos de este mundo”[7]. Al igual que Nietzsche, considera que la experiencia religiosa no es una experiencia de algo realmente existente (ya que no se comprueba la existencia de Dios). Además, para corroborar a cabalidad de que, aunque postulen el ateísmo los dos filósofos ya nombrados, es necesario para el hombre la creencia en algo, sea combatiendo ante la lucha de clases o para ocultar la dimensión trágica de la existencia. “…El hombre toma lo que considera mejor de sí mismo (voluntad, inteligencia, bondad,...) y lo proyecta fuera de sí, en el ámbito de lo infinito; a su vez, esta proyección se vive como una realidad que se enfrenta al propio sujeto que la ha creado”[8]. Por ejemplo, en el caso citado, el hombre, frente a que es finito, crea algo infinito y reúne cualidades positivas de sí, inferiorizándolo. Además, obviando que Marx nos postula su vida social y económica frente al proletariado, habla que la religión “…desvía al hombre del único ámbito en donde le es realmente posible la salvación y felicidad, el mundo humano”[9]. Es decir, el carácter consolador y “solucionador de problemas” de la religión frente al hombre, y la promesa de que luego de la vida la felicidad y la justicia estarán en abundancia, irán de la mano y además coalineadas (en el cielo), produce un efecto de adormecimiento, tranquilidad, sometimiento y pasividad del sujeto frente a su acontecer actual y diario vivir (su vida personal), en el mundo (como gente que le rodea) y en las situaciones sociales (discriminación, marginalidad), políticas (sistemas totalitarios o que atenten contra su dignidad, no siendo lo mismo) y económicas (pobreza, malos tratos, yugos patronales), las cuales son las que gatillan y desencadenan subliminalmente el sufrimiento que padece: esto lo resume en la conocida frase “el opio del pueblo”.
El opio es una droga, provoca euforia seguida de un sueño onírico, su repetido uso conduce al hábito y posteriormente a una degradación física e intelectual, que lo convierten en un estupefaciente. Es decir, la frase la utiliza como si Dios fuese un calmante, un anestésico el cual actúa frente a la soledad, el dolor, frente a el sufrimiento, frente a un sinfín de problemas que el humano puede llegar a padecer (o las situaciones en las que se envuelva, como en sistemas políticos, etc.) y que no encuentra una respuesta inmediata. Debo agregar que discriminaré y dejaré de lado la lucha del proletariado de Marx, ya que no es menester mencionarla ante la religión, sino como un mero impedimento y traba por la revolución social, acontecimiento que ya señalé anteriormente.
Como hemos visto, la religión para los ateístas se presenta como un impedimento a la superación y cambios sociales (caso Marx) y como una invención para evitar los fracasos, la soledad, y el sufrimiento en sí (para Nietzsche). En tanto, ahora propondré la mirada creyente de la filosofía. Primero que todo, definiremos la fe como el asentamiento de la inteligencia a verdades religiosas reveladas, que orienta el pensamiento y la acción. En tanto, Dios se entenderá como una entidad o ser sobrenatural, creador y dueño del universo y de los destinos humanos, generalmente objeto de culto religioso[10]. Cabe agregar que dichas definiciones ayudaran a explicar el sentido creyente, por lo tanto atañe a dicho carácter y quizá no sea compartida, por ejemplo, por ateos.
Santo Tomás, en primera instancia, nos habla del Cristianismo como una doctrina de salvación: “...es un conjunto de ideas acerca de la realidad y un conjunto de preceptos cuyo cumplimiento permite al fiel la vida y felicidad tras su estancia en este mundo”[11]. Es decir, podemos recalcar que la religión quiere dar respuesta a las grandes necesidades del hombre, pero prevaleciendo la fe ante todo. Además, para Santo Tomás le fue crucial el problema de la relación entre la razón y la fe.
Al primero le llama “orden natural”, y Al segundo “orden sobrenatural”. La razón proviene del humano, es el gatillador de la filosofía y posee leyes y métodos propios. A su vez, el orden sobrenatural proviene de la fe y de la revelación y es un conocimiento oscuro por naturaleza “…creer es un acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por imperio de la voluntad movida por Dios mediante la gracia”[12]. Es decir, son órdenes que se complementan, y su origen es idéntico: provienen de Dios. Como ya señalé, dichos órdenes se ayudan mutuamente: por ejemplo, la revelación puede servir a la razón para preservarla de errores y para indicarle el término a que debe llegar. En tanto, la razón ayudará a la fe para aclarar, explicar y defender los misterios de la revelación. El equilibrio entre las dos se llamará “teología”. A pesar de que esta unión no responda a todas las preguntas (tales como si existe Dios, por ejemplo), es imperativa la fe ante todo, ya que el hombre no siempre llegará a la verdad por uso de la razón (dice que por falta de tiempo o por capacidad). Luego, se desprende la teología racional: su objetivo es Dios, y su método de búsqueda son las facultades intelectuales. Asimismo, la teología cristiana será la que por fundamento es la doctrina revelada y la fe, pero en conjunto con la razón, para un orden científico. ¿Para qué tanto orden? Para comprobar que la fe y la razón pueden trabajar de la mano, y para responder las preguntas que atañen al hombre y que no pueden ser evitadas ni dejadas de lado. Es decir, la creencia, además de prever acompañamiento (como lo veremos más adelante), va dirigida a responder preguntas que no tienen un principio claro, mediante la cooperación entre la fe y la razón, entre lo ilógico y lo lógico, entre un tema de asentamiento de confianza y facultades intelectuales.
La existencia de Dios
Santo Tomás difiere de S. Anselmo y Descartes en la existencia, ya que encuentra que el argumento ontológico (el cual postula que Dios existe debido a “características esenciales: si se incluyese en su esencia, entonces podríamos suponer que la proposición "Dios existe" puede ser mostrada como verdadera con la mera comprensión del término "Dios"”. Difiere con ellos ya que no es evidente en sí misma, como lo podría ser “los hombres son animales racionales”, ya que en la esencia se encuentra la propiedad referida en la proposición. Además, porque produce un salto ilegítimo que consiste en pasar del mundo ideal o del pensamiento al hecho evidente de la existencia real de la divinidad). Conforme a esta disyuntiva y problemática de no aceptar dicha explicación, postulará las cinco vías. La primera vía estará fundada en la observación del movimiento: es cierto y consta al sentido que las cosas se mueven en el mundo, en consecuencia todo lo que se mueve es movido por algo, y no cabe más que admitir que hay algo que mueve sin ser movido por nada, un primer motor inmóvil que es Dios. El primer motor debe ser único, ya que si fuesen más las diferencias les harían imperfectos. Es decir, Dios es el motor inmovil. La segunda vía parte de la observación de la relación causal: en toda cosa sensible encontramos un orden de causas eficientes. Conforme a esto, no es posible que algo sea causa de sí mismo, debe estar en contacto con algo y en pro de cambiar, por lo tanto es necesario que exista una causa eficiente suprema y primera, una causa que no es efecto y producto de nada. Dichosa causa primera será Dios, la “causa incausada”. La tercera vía se funda en la observación de las cosas contingentes. Para Santo Tomás, la contingencia consiste en que todo lo que existe debe poseer su razón de existencia: los seres existen, pero podrían no existir. Junto con los seres contingentes existirá un ser necesario, el cual tendrá la razón de su existencia en sí mismo y no en otro, el cual será Dios. En tanto, la cuarta vía parte de la observación de los grados de la perfección: dichosa perfección no la entrega nadie más que no sea Dios, y conforme a Él se encuentra en las cosas que algo es “más o menos” bueno, verdadero o noble. Por último, la última vía se funda en la idea de finalidad: todo ser y cosa tiende a un fin, incluso lo desconocido. Dios es el ser inteligente que dirige las cosas naturales y que se convierte en fin absoluto de todo. Dios será una inteligencia ordenadora.
Santo Tomás postula las cinco vías para darle una explicación racional a la existencia de Dios, y no basarse meramente en dogmas o verdades innatas, que escapan al plano de la fe. En síntesis, para el creyente Dios es el motor de los seres y del amor, Dios es un ser perfecto y divino, y que todo lo puede. Si lo comparamos, es la versión “gold” del hombre, la versión totalmente mejorada de lo que le gustaría ser al hombre.
Cabe mencionar, para entender un poco la postura de los creyentes (cristianos), a Soren Kierkegaard, con el existencialismo cristiano. Para él, la fe es la que salva al hombre de la desesperación, y que ésta lleva hacia Dios, el cual todo lo puede[13]. Gracias a esto, podemos analizar que la creencia nuevamente renace como un método contra la desesperación y la soledad, acto que hemos ya explicado anteriormente. Para Kierkegaard, elegir en el mundo le provoca angustia, y elegirse a sí mismo desesperación. Dice: “…La nada engendra la angustia (...) Los conceptos de miedo y otros similares se refieren siempre a algo concreto, en tanto que la 'angustia' es la realidad de la libertad en cuanto posibilidad frente a la posibilidad. Esta es la razón de que no se encuentre ninguna angustia en bruto, precisamente porque éste, en su naturalidad, no está determinado como espíritu”[14]. En tanto, la desesperación es “…una enfermedad propia del espíritu, del yo, y por consiguiente puede revestir tres formas: la del desesperado que ignora poseer un yo (desesperación impropiamente tal), la del desesperado que no quiere ser sí mismo y la del desesperado que quiere ser sí mismo. (...) La relación entre el alma y el cuerpo es una simple relación. Por el contrario, si se relaciona consigo misma, entonces esta relación es lo tercero positivo, y esto es cabalmente el yo”[15]. Es decir, Soren le imprime un carácter más trágico a la religión, pero que igualmente se presenta como un método para salvaguardar algo.
Debo agregar también una arista del existencialismo cristiano, el cual nos ayuda a comprender el por qué los hombres creen, y lo señalado en el párrafo anterior “La libertad humana trae consigo los sentimientos de angustia, desamparo y desesperación.” Angustia ante el hecho de que es uno mismo el responsable de sí mismo y de los demás; desamparo porque la elección se hace en soledad, no existe una tabla de valores en la que apoyarse, ni ningún signo que nos indique la conducta a seguir, es preciso inventarse la moral; y desesperación porque no es posible un control completo de la realidad en la realización del proyecto, porque siempre hay que contar con factores imprevistos, con la posibilidad de que se truequen nuestras buenas intenciones en malos efectos.
El Suicidio Existencial
Para tratar de dar respuesta al por qué las personas se suicidan, y al verdadero sentido -si es que lo tiene- del suicidio, en primera instancia, recurriremos a Albert Camus. Nos habla del mito de Sísifo, el cual presenta el valor de la vida y del suicidio.
Dicho mito consiste en que Sísifo, perteneciente a la mitología griega, hizo enfadar a los Dioses por su astucia. Como castigo, fue condenado a perder la vista y empujar perpetuamente un peñasco gigante montaña arriba hasta la cima, sólo para que volviese a caer rodando hasta el valle, y así indefinida e inevitablemente.[16] Esto denota la absurda tarea del sujeto por subir la roca sin un propósito razonable –para él- y sabiendo que deberá iniciar eternamente su labor. Gracias a esto, el filósofo alude al implemento de una metáfora acorde a la vida del hombre y a su esfuerzo inútil e incesante, conforme a su existencia angosta y al desperdicio de ésta (pasar su vida trabajando inútilmente en una oficina y sin esperanza, por ejemplo). Camus, en un intento de responder a la pregunta que muchos se han formulado (¿cuál es el propósito de la vida?), responde “se nace para morir”. La defiende ya que la muerte es lo único seguro que le pasará, sus sueños y anhelos pueden esfumarse y no cumplirse e irse en un ir y venir de ojos, en tanto la muerte siempre estará latente y será la verdad innata de lo que sucederá en el futuro, lo que siempre pasará y por más que se intente, nunca se podrá postergar ni eludir, ni aunque se sea un gran filosofo, un ateo, un vendedor o un astro del fútbol.
En tanto, como otra explicación para el por qué el salto de la fe en el hombre (el cual ayuda a la pregunta principal) es que aboga la idea del “hombre absurdo”. Éste es aquel que tiene conciencia de la inutilidad de su vida y que las pretensiones razonables del sujeto chocan y se contrarrestan con lo irrazonable de la realidad.
El ejemplo específico es que en el momento del juicio de Meursault, declara que mató al árabe por causa del sol.[17] Primeramente, dicha causa, a ojos de un ser lógico y racional, es totalmente ilógica y estúpida, por decir lo menos (de hecho, en la obra las personas que estaban presentes en el juicio rompen en carcajadas). Cómo será posible que a causa del sol, ente que por sus características no se puede tener contacto físico con el, Meursault haya asesinado a un hombre. Pero aquí está lo absurdo, ya que para el protagonista es una razón totalmente válida y un buen motivo, situación que si analizamos, es un argumento justo dentro de su mundo, contra la realidad y la lógica del resto, los cuales chocan (los mundos) y crean una incongruencia. Ya más pausada y detenidamente, el suicidio no se toma para Camus como el término de la vida, sino que como la vida sin esperanza y rutinaria, como una mera transición desde que se nace hasta la muerte. Pero, ¿qué se hace en el transcurso de la vida? ¿Simplemente esperar a morir? No. He aquí el punto en que la creencia, hasta en temas como el suicidio, prevalece.
El hombre querrá trabajar, amar, ser, preguntarse por la lógica de las cosas y el orden natural. Producto de esto, crea símbolos que le ayudan a controlar el miedo y la inseguridad frente a lo desconocido: jerarquiza y etiqueta valores a dichas cosas que le producen sufrimiento. Y lo controla, ya que de lo que se es dueño, no se puede tener temor. Y es aquí donde el hombre crea las ciencias o la religión. En la primera encontrará sistematización y confiabilidad frente a un método que usará a favor. En tanto, la religión le servirá como consuelo, para pensar en que, luego de su breve paso entre su nacimiento y la muerte, habrá algo más y será su merecida recompensa por el sin-saber que vivió en su período de transición.
Retomando el tema del suicidio, y del por qué se toma una decisión tan abrupta, se denota que dicha acción se aferra a sí gracias al sin-sentido de la vida del sujeto en cuestión: al verse con tribulaciones y problemas sin fin, encuentra que el temor y la inseguridad de no tener en qué aferrarse es prevaleciente ante todo, y que, (quizá erradamente para la visión de los que no estamos en su mundo) acabar con su propia existencia es la solución. Para la persona, vivir con todos sus problemas en la espalda fue un suicidio a paso lento: no encontró la seguridad de apoyarse en algo y el temor, finalmente, les gana. Asimismo, la muerte para el filósofo es el fin y culminación de lo absurdo, ya que el hombre es realmente dichoso y vive dignamente cuando comprende de que su vida tiene un término y es finito, y sabe que, a lo largo de sus años, ha existido no como debe ser o como alguien le dijo que fuese, sino que existió como pudo ser, lo cual lo libra de muchas culpas y responsabilidades, que, recordemos en el mundo de lo absurdo, no tienen importancia, ya que nada es bueno o malo, simplemente es.
Política e Ideología
Como he hablado anteriormente, las creencias pueden basarse en la religión, en el suicidio (como medio de resignación o superación a ese estado) y, en última instancia, en la política o en una ideología. Marx nos hablaba de una revolución social en pro del proletariado, esa creencia ferviente en poder cambiar la situación de las personas económicamente desposeidas. Por lo tanto, se amplía el espectro de las creencias, ya a modo ahora de cambios sociales o motivaciones para algo mejor. Para comprender mejor la lectura, definiré conceptos.
En primera instancia, fenómeno social: ”…Es la actitud consciente del hombre ante los fenómenos de la vida social y su propia condición social, iniciándose espontánea y conscientemente contra los factores que lo limiten, lo opriman y lo exploten, de manera tal que lo impulse de manera inevitable a un cambio social”[18]. Asimismo, un cambio social se definirá como “…Variaciones o modificaciones en cualquier aspecto de los procesos, pautas o normas sociales. Expresión amplia que sirve para designar el resultado de cualquier variedad de movimiento social, puede ser progresivo o regresivo, permanentemente o moral, planeado o sin planear”[19], Primeramente, partiré con con Auguste Comte, para entender y comprender los fenómenos sociales, de la estructura y del cambio social. Se habla de tres estados:
“1. Estado teológico: corresponde a la infancia de la humanidad; en esta época el hombre da explicaciones fantásticas de los fenómenos naturales, utiliza categorías antropológicas para comprender el mundo y técnicas mágicas para dominarlo.
2. Estado metafísico: las explicaciones son racionales, se busca el por qué de las cosas y se sustituye a los dioses por entidades abstractas y términos metafísicos.
3. Estado científico o positivo: es la definitiva. Ya no se busca el por qué sino el cómo, el conocimiento se basa en la observación y la experiencia y se expresa con el recurso de la matemática. Se busca el conocimiento de las leyes de la Naturaleza para su dominio técnico.”[20]
Como vemos, el hombre va de lo irracional a lo racional: en primera instancia usa la teología para dar respuesta a fenómenos naturales y prevalece el carácter místico. En el segundo estado, empiezan a verse vestigios de racionalidad, y ya en el tercer estado predomina la observación y la experiencia como método del conocimiento.
El concepto filosofía política, es presentado que en las propias palabras de Jacques Maritain:
La filosofía política no sólo es práctica, en el sentido que trata de las acciones humanas y de sus fines, normas y condiciones de existencia; sino que es, a pesar de los sarcasmos de los llamados hombres prácticos, eficaz y eficaz en grado sumo, porque la esperanza tiene que ver con el deber ser de las cosas, no con lo que las cosas son, y el hombre no puede vivir y actuar sin esperanza. La filosofía política es eficaz y eficaz en grado sumo, porque tiene que ver con las esperanzas terrestres de la comunidad humana. []
Sea lo que fuere, la realidad es que todo poder descansa finalmente en las creencias. Los gobernados creen que es necesario obedecer… el poder siempre busca ser aceptado, desea hacerse amar y reverenciar por medio de los sistemas de creencias. Por último, Santo Tomás nos habla de “…El hombre tiene un fin sobrenatural, pero debe conseguirlo mediante su actividad y su vida en el Estado”[21]. Es decir, como el hombre vive en comunidad y constante interacción con sus pares, debe siempre buscar el bien común de dichosa comunidad. No importará qué tendencia política represente, siempre estará latente el hecho del porvenir social. Además, “Así, el Estado debe guiar y legislar para que los ciudadanos vivan virtuosamente y alcancen el fin que les es propio: la salvación eterna.” Esto quiere decir que el fin político es el mismo fin religioso: el equilibrio entre el bien común.
En síntesis, la política (desde la optica del Humanismo Cristiano,) aspira a que los gobernados puedan alcanzar el máximo desarrollo de todas sus capacidades y la plena satisfacción de sus necesidades, porque se sostiene la esperanza de un mundo mejor. Un excelente exponente de esta visión es el francés Maritain, “La filosofía política no sólo es práctica, en el sentido que trata de las acciones humanas y de sus fines, normas y condiciones de existencia; sino que es, a pesar de los sarcasmos de los llamados hombres prácticos, eficaz y eficaz en grado sumo, porque la esperanza tiene que ver con el deber ser de las cosas, no con lo que las cosas son, y el hombre no puede vivir y actuar sin esperanza. La filosofía política es eficaz y eficaz en grado sumo, porque tiene que ver con las esperanzas terrestres de la comunidad humana”.
Conclusión
Primeramente, según todo lo que he investigado, creer en algo para el humano es vital, imperativo y urgente. El hombre, a lo largo de su historia, ha ido formulándose preguntas que le hace ser buscador de la verdad e incansable peregrinos en la ruta del conocimiento.
¿Por qué estamos aquí, cuál es nuestro fin?, entre millones de otras han estado en el tintero y en la mente de los encargados del quehacer filosófico. Empero, por más que quieran y se pasen la vida preguntándose el fin último de ésta, es evidente que subyace en ello la intriga y el miedo, que les mueve a formularse dichas interrogantes. Es el miedo y la inseguridad de no saber de dónde vienen, de cómo, simplemente, apareció la raza humana en aquel pedazo de tierra que le llaman vagamente “mundo”. Es el sentimiento de soledad y desarraigo, de ese apatrida que no encuentra un lugar en el cual desarrollarse, ya que no puede empezar a construir en la nada misma. Conforme a esto, se denota la cualidad humana de creer.
El ser humano debe creer en algo para no sufrir ante la irracionalidad de su existencia, debe tener una base para poder cimentar sus sueños y proyectos, debe poseer un dominio sobre algo y en el cual pueda basar su atención y estudios, debe tener ataduras con algo para que su vida tome, al fin, un sentido: buscar una respuesta a su creencia. Es decir, si nos preguntásemos qué es lo que define al ser humano, es la creencia (obviando el desarrollo de la psicología y los demás aspectos contribuyentes a su personalidad).
Es decir, si un hombre cree, por ejemplo, en la religión (específicamente religión católica, como lo desarrollé y guié en su tema) hará su vida mediante el plan de Dios, el equilibrio entre las buenas acciones y la fe, el amar a los demás como si fuesen el mismísimo Cristo, y el obrar mediante buenas acciones, sin perjudicar a terceros.
Otro tanto sucederá si el hombre cree en la política, guiará su vida a generar los cambios sociales que su militancia le imponga, a la superación de la pobreza, a la dignidad de las personas, al buen trato del patrón frente a sus trabajadores, a la revolución de la pasividad de la gente frente a los costos indeseados de la humanidad (marginación, discriminación social, aprovechamiento de las masas, etc.) Además, si el hombre cree (específicamente en el tema del caso del suicidio) y descubre que, frente a su vida rutinaria, monótona y agobiante, lo importante es saber que a pesar de que la vida es absurda y no tiene un objetivo trascendental, se debe buscar una armonía y dignidad que la haga llevadera y soportable, además de alegre.
El hombre debe procurar encontrar alguna razón para vivir el día a día y esperar su muerte gratamente (ya que es conciente de su estado de finitud). La felicidad radica en el conocer y en no ambicionar nada más de lo que se puede tener, aceptar la fatalidad de nuestra vida, tan rutinaria que llega a ser absurda como la de Sísifo.
Como otro punto, frente al suicidio nadie dice si es bueno o malo, ya que no estamos en la piel del sujeto que lo comete ni saber lo que está sintiendo; quizá verdaderamente para él lo mejor sea terminar todo de una vez, pero mi propia mirada, es tratar de alcanzar una linda y grata forma de morir, esperarla lo mejor posible: habiendo hecho lo que mi Dios pensó y quiso para mí. Además, si el suicidio es trágico, es porque se tiene conciencia. Claramente es paradójico, ya que lo que debería constituir su tormento al mismo tiempo es su victoria.
Discrepo un poco en el valor de la creencia frente a la religión. En mi caso, yo creo en Dios no porque me sea útil, me sienta solo e inseguro frente al mundo, y porque “me concede mis peticiones”, sino porque Dios es amor, y qué mejor que construir su reino entre nosotros. Por algo se nos dio la capacidad de sentir, de tener sentimientos, ¿qué se puede hacer frente a un hombre que tiene hambre? Claramente, por más que uno tenga los valores que sean, no se puede ser individualista en el mundo. Por algo convivimos en sociedad y se debería buscar un fin mayor, el fin y la paz social mediante acciones que a todos le beneficien y les engrandezcan como personas. Frente a la interrogante de qué hacer frente al hombre que tiene hambre, no queda más que dignificarlo: suplir sus necesidades y ponerlos al mismo estado en que yo me encuentro: las mismas posibilidades. Además, quién sabe si dicho ser puede crecer conmigo y ayudarme a superar mis propias carencias: nadie sabe.
Por lo tanto, y en síntesis, el carácter que el humano le da a la creencia, y según lo que aprendí y pude deducir de mi tesis, es que para superar sus problemas, para poder dar una respuesta a algo que, en algunos casos, ni la razón combinada con la fe pueden esclarecer, es totalmente vital, aunque sea ciega e infundada da lo mismo, lo que importa es que le de un propósito a su vivir, y le quita amargura a una frase que me ha estado llamando mucho la atención últimamente: la vida es un suicidio.
Es decir, las creencias sí determinan las conductas del ser humano, sea en la búsqueda de la superación personal, del bienestar comunitario, de la desenvoltura frente a su medio y su entorno, etc. (ya nombré anteriormente los casos posibles referentes a los temas tratados). Creer es crear, por lo tanto al llevar a cabo esto, se amplia e inventa todo un mundo lleno de posibilidades, creando (en un caso personal) ilusiones y sueños por cumplir, metas y logros.
Si es que el mito de Sísifo fuese nuestro acontecer actual, qué mejor que ser nosotros dueños de nuestro destino, aunque sea monótono. El mismo Camus decía “...dejo a Sísifo al pie de la montaña […] cada fragmento mineral de esta montaña llena de oscuridad, forma por si solo el mundo. El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar el corazón de un hombre. Hay que imaginarse a Sísifo dichoso”.
Para qué pasar la vida pensando en que algún día terminará, para qué ser negativos y recalcar sólo las ínfimas cosas malas que nos pasan, siendo que no las ponemos en la balanza con la infinidad de cosas buenas que en verdad sí nos pasan y que no magnificamos. Todos somos concientes de nuestra tarea amarga y sin-sentido de vivir, pero a su vez, todos sabemos que nos tenemos, primero, a nosotros mismos, y luego a los demás, para complementar nuestro peso, nuestros problemas, y sobretodo, nuestras alegrías y amor. La felicidad lo es todo: ya llevamos mucho tiempo en el mundo respondiendo a interrogantes que quieren esclarecer nuestro pasado, por ejemplo. Es hora ya de ser felices, luego vendrá la armonía con lo desconocido: es hora de buscar la felicidad de una vez por todas.
Por último, para darme una respuesta a la pregunta inicial del suicidio, llegué a la conclusión que todo hombre que cree en algo, sea un sistema político, o la adhesión a un credo, le dará sentido a su vida. Y, si se observa en una persona la falta de creencias, sean estas un credo religioso, una filiación política, etc…, es fácil advertir que esta ausencia puede explicar el sin-sentido que le de a la vida, y que explicaría (en algunos casos), la falta de apego a la misma, y la posibilidad de admitir como una razonable solución poner fin a sus días mediante el suicidio.
Bibliografía
http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiacontemporanea/Marx/Marx-AlienacionReligiosa.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/El_mito_de_SÃsifo
http://alexchrojo.blogspot.com/2005/03/el-mito-de-ssifo-camus-y-el-sin.html
http://www.webdianoia.com/
http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Historia-de-la-Filosofia.htm
http://www.monografias.com/p
http://www.observacionesfilosoficas.net/verdad.html
http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/contenidos.html
http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n37/aocampo.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Positivismo
http://filosofia.idoneos.com/index.php/342893
[1] FROMM, Erich “El Miedo a la Libertad”
[2] KRISHNAMURTI, Jiddu “La libertad Primera y Última”
[3] FROMM, Erich “El Miedo a la Libertad”
[4] FROMM, Erich “El Miedo a la Libertad”
[5] Revista Filosófica http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n37/aocampo.html
[6] Portal Web http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Historia-de-la-Filosofia.htm
[7] http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiacontemporanea/Marx/Marx-AlienacionReligiosa.htm
[8] http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiacontemporanea/Marx/Marx-AlienacionReligiosa.htm
[9] http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiacontemporanea/Marx/Marx-AlienacionReligiosa.htm, en conjunto con http://www.webdianoia.com/
[10] Diccionario Enciclopédico Larousse, en conjunto con http://www.cibernous.com/
[11] Portal Web http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Resumenes/SantoTomas-Resumen.htm
[12] Portal Web http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Resumenes/SantoTomas-Resumen.htm
[13] Portal web http://www.monografias.com/trabajos14/hegelkierkeg/hegelkierkeg.shtml#concep
[14] Kierkegaard, Soren. El concepto de angustia. Portal Web http://filosofia.idoneos.com/
[15] Kierkegaard, Soren. La Enfermedad Mortal. Portal Web http://filosofia.idoneos.com/
[16] http://es.wikipedia.org/wiki/El_mito_de_SÃsifo y http://www.topia.com.ar/articulos/20sisif.ht
[17] “El extranjero”, Camus, Albert. Capitulo VI
[18] Portal Web http://www.proyectosfindecarrera.com/definicion/fenomeno-social.htm
[19] Portal Web http://www.proyectosfindecarrera.com/definicion/cambio-social.htm
[20] Portal Web http://es.wikipedia.org/wiki/Positivismo
[21] Portal Web http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Resumenes/SantoTomas-Resumen1.htm
EVALUACIÓN ESTRATEGIA "TESIS"
Ahora yo podría enseñar a otra persona a escribir un ensayo filosófico bien fundado.
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Al hacer este trabajo he aprendido algo importante para mí. El análisis de fundamentos filosóficos puedo aplicarlo a otras asignaturas o situaciones extra académicas.
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Aproveché todo el tiempo de clases para avanzar y hacer consultas a mi profesora y compañeros. Llegué a la hora, siempre traje mi material, publiqué en el blog,
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Esta actividad me resultó de fácil realización.
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Fue útil para mí hacer un borrador de primera entrega para que mi profesora lo evaluara críticamente, antes de entregar el ensayo definitivo. Sus comentarios iluminaron problemas en la fundamentación que yo no había visto.
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He retroalimentado por escrito en el blog las tesis de mis compañeros, al menos tres veces durante el semestre.
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Las explicaciones y preguntas que me hizo la profesora durante las clases me sirvieron para clarificar mis ideas y llevarlas a un buen nivel de explicitación.
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Luego de escribir mi ensayo de fundamentación me doy cuenta de que ahora comprendo los alcances filosóficos de mi pregunta existencial.
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Me parece que sería bueno que en el futuro siguieran enseñando a los alumnos del Electivo de Teoría del Conocimiento a realizar tesis filosóficas
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Me sentí motivado para escribir mi ensayo.
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Mi trabajo final es sistemático y de calidad
6X
Pienso que fue bueno para mi trabajo poder comenzar a partir de una pregunta existencial que surgió de mis propios intereses.
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Tengo claro qué hacer para elaborar un ensayo bien fundamentado: sé en qué consiste, para qué sirve y cómo hacerlo.
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Expectativa de logro:
En mi Tesis voy a obtener un_______64_______ como nota final.
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